Casa Valentina, cosa de hombres

Por Jorge Luna Arrieta. Llega a Córdoba la obra Casa Valentina, en la que unos hombres se visten como mujeres. Cristina Alberó, la mujer real de una obra que habla sobre el deseo y la libertad.

Casa Valentina, cosa de hombres
Las entradas tienen un costo de 465 y 575 pesos. Se compran en todos los puntos de venta de Autoentrada.

Hombres que, de a ratos, juegan a ser mujeres. Ahora, ¿es un juego? ¿Es una herramienta? ¿Es un escape? La obra Casa Valentina llega a Córdoba para hacernos reír, pero también para hacernos pensar sobre determinadas realidades.

Será en Sala de las Américas, este sábado y domingo. Las entradas van entre los 465 y los 575 pesos, por sistema Autoentrada.

Se trata de una laureada obra escrita por Harvey Fierstein, también autor de La jaula de las locas.

La trama de Casa Valentina está basada en hechos reales y se sitúa en el año 1962. Cristina Alberó forma parte del reconocido elenco que estará este fin de semana por la Docta.

La actriz contó: “Había un lugar que se llamaba Casa Valentina, a donde iban hombres que no eran homosexuales sino que eran crossdressers, es decir, que les gusta vestirse como mujer.

Es una práctica que todavía se utiliza. Para la construcción de esta versión que dirige Muscari se citó a personas que les gusta hacer esto en Buenos Aires.

Es muy interesante la obra porque cada personaje es muy singular y tiene posiciones muy diferentes sobre esta costumbre.

Los personajes plantean que se quieren nuclear en una asociación y ahí aparece qué piensa cada uno.

Son personas de distintas extracciones; hay un juez, un militar, un recién casado, uno que le gustan las telas, por ejemplo”.

Alberó interpreta a Rita, que es la esposa de Renzo, dueño del lugar: “Somos una pareja común, con la característica que a mi marido le gusta vestirse como mujer. Rita siempre supo de este gusto de su marido y se integra a este particular grupo, se divierte”.

–¿Te cambió algún punto de vista a vos esta obra?

–Lo bueno de mi trabajo, en el que interpreto diferentes roles, es que te permite un crecimiento personal. Y el crecimiento personal es clave para un actor porque su trabajo agranda la percepción y la cabeza de una persona. Yo era alguien que no entendía bien cuál era un homosexual, cuál era un travesti. A todos esos matices no los conocía. Adentrándome en el estudio de la obra y del personaje pude comprender cosas que eran relativas a estas personas que tienen estas costumbres. Mi personaje, cuando conoce al marido, él le dice que le gusta vestirse como mujer. No fue engañada en ningún momento; es una mujer de esa época muy enamorada de su marido; es un amor incondicional: te amo y te amo como sos.

–¿Es un buen momento para Argentina como sociedad ver hoy esta obra?

–Sí, porque ayuda a comprender lo que se avanzó. En estos momentos a las personas se les respeta su elección y es poder ver que en otras épocas no se las aceptaba. Cuánta gente se ha sentido mal porque su elección de vida era diferente al resto. Es interesante ver que ha transcurrido un tiempo y que hay más libertad para que las personas puedan ejercer sus vidas como se les canta, siempre y cuando no dañen a otros. La obra habla del deseo y de la libertad de ser de uno. La gente se ríe muchísimo, pero es una comedia redondita porque también te deja pensando. Esa es la función del teatro: presentar algo que a uno le produzca una pregunta como porqué pasan las cosas.

–¿Cómo es tu relación con el teatro?

–Es fundamental en mi vida. Empecé haciendo teatro para chicos y después tuve la suerte de hacer una obra como Madre Coraje. Tuve muchos maestros en esto, pero el teatro es un maestro en sí mismo porque te enseña para la vida y para la profesión. Siempre recomiendo que la gente vaya al teatro porque es algo vivo.

Cristina Alberó viene a Córdoba, lugar al que varias veces pensó para vivir: “La vida es más sana, es más tranquila”. En función de eso, ya tiene planificado comprar varios yuyitos para llevar. “Además, el cordobés tiene un humor muy especial”, agregó.

Para el cierre, contó qué sintió al ver por primera vez a todos sus compañeros vestidos como mujer: “Fue una gran impresión. Pero es muy interesante y tiene que ver con la dirección de Muscari”.