Utilización de caravanas insecticidas

Hoy en día tanto en feedlot como a campo, la vacas necesitan una resistencia contra la mosca de cuernos, una de las maneras es con la caravana insecticida y también baño de asperción para mayor efectividad.

Utilización de caravanas insecticidas
carvanas insecticidas

Las caravanas insecticidas son dispositivos de liberación controlada o liberación lenta que se ponen en las orejas de los bovinos para controlar las plagas. Estos elementos son piezas de plástico de diversas formas y tamaños impregnados con un insecticida antiparasitario (sobre todo mosquicida) que se fijan en las orejas del ganado bovino. La característica principal de las caravanas es que el insecticida se va liberando poco a poco y se va extendiendo sobre la superficie del animal.

En bovinos de engorde extensivo, las caravanas ofrecen la protección más larga (3 y más meses) contra la mosca de los cuernos, así como ofrecen un buen control de moscas Musca autumnalis y de moscas del establo (Stomoxys calcitrans) e incluso de los piojos. Sin embargo, no protegen en absoluto contra las garrapatas.

En ganado vacuno lechero y a veces en feedlots muy concurridos, la mosca más frecuente es la mosca del establo y /o sus combinaciones. Como esta ataca en todo el cuerpo y en especial en las patas, la protección de las caravanas a menudo no alcanza. Por ello, además de las caravanas, se deberá aplicar un baño de aspersión de las patas cada 2 a 4 semanas.

asperción en vacunos
asperción en vacunos

No hay gastos de inversión ni de mantenimiento, salvo el costo inicial, son relativamente flexibles en cuanto a dónde y cuándo se pueden aplicar. Su inconveniente mayor es la engorrosa aplicación, que exige poder inmovilizar a los animales y tener que quitarlas y eliminarlas transcurrido el periodo de eficacia.

A los 3 o 4 meses se hace necesario quitar las caravanas viejas, pues ya no liberan suficiente sustancia activa para controlar las moscas. Si no se hace, se incurre en subdosificación: las moscas supervivientes quedan expuestas a concentraciones subletales que favorecen el desarrollo de resistencia.

Si se trata de vacas lecheras, hay que ponerles y quitarles las caravanas repetidamente, lo que puede crear el problema de que las orejas acaban siendo perforadas excesivamente.