Una buena estrategia de uso de los abonos verdes en relación con la siembra directa transforma y pone en disponibilidad a través de estos cultivos de rápido crecimiento, una buena masa verde y es el mecanismo mediante el cual el mismo el suelo va reciclando nutrientes para mejorar su propia condición.
Los abonos verdes ayudan a sobrellevar los efectos de la sequía, manteniendo el suelo húmedo hasta por 15 días más que un campo tratado de forma convencional, con remoción del suelo.
La función de estos cultivos es mantener siempre la cobertura vegetal o rastrojo encima del suelo y evitar que el mismo esté en contacto directo con el sol. Los rayos ultravioletas son bastantes dañinos para el suelo porque evaporan rápido la humedad y tienen efectos negativos para algunos de los microorganismos que lo habitan.
Entre los beneficios de tener una buena cobertura de abonos verdes sobre el campo a sembrar, se remarca la mejor retención de agua, el reciclado de nutrientes y así se trata de evitar la fluctuación térmica, que en el suelo sin cobertura puede tener hasta más de 5°C, lo que hace que esa diferencia sea bastante significativa para algunos microorganismos y para la degradación de los restos de cultivos.
Un área que tenga una buena cobertura llega infiltrar más cantidad de agua, pero no encharca el suelo, es decir al día siguiente de la lluvia ya se puede entrar a sembrar, y se tiene un periodo de 5 a 7 días para realizarlo, mientras que cuando es convencional hay que esperar 2 a 3 días para que drene el agua y finalmente esa agua se evapora más rápido.
Si bien se agrega un costo adicional esta herramienta de trabajo tiene una cantidad de aportes positivos que inclina la balanza favorablemente para el próximo cultivo principal a implantar.
La elección de los abonos verdes queda muy en vinculación con el cultivo que sigue siendo el ejemplo de la avena con la soja , o la vicia los más comunes de ser usados por el productor que adopta la técnica siempre en relación con las prácticas de siembra directa.