Todos quisieran saber el motivo exacto por el que sucede, incluso comprando buenos cortes, pero puede deberse a múltiples factores y la buena noticia es que tienen solución. A continuación, algunas técnicas para que esto no les vuelva a suceder y logren obtener esa carne tierna, jugosa y sabrosa que tanto desean.
Un punto clave para evitar que la carne quede dura es mantenerla como una pieza entera, pues cortarla en trozos pequeños provoca que se reseque con más facilidad. También existen utensilios para ablandarla, como los mazos. Algunas personas prefieren no usarlos porque deshacen la pieza o le provocan fisuras.
Sin embargo, esto puede ser interesante a la hora de cocinar carne al horno o con salsas porque el líquido penetrará en las hendiduras y hará que quede más sabrosa. De todas maneras, estos utensilios no son imprescindibles, y, aunque la forma de cocinar y el corte de la carne influyen en qué tan dura o no vaya a quedar, lo cierto es que hay consejos que son bastante generales y aplican muy bien para todos los casos.
Consejos útiles
- Añadir la sal al principio de la cocción provoca que los jugos de la carne se sequen y que, por tanto, quede más dura. Pon la sal al final, justo antes de servirla, así conservará el jugo, que es la fuente de sabor, y permitirá que la textura sea más tierna y blanda.
- Macerar la carne en leche durante unas horas antes de su preparación, además de que no altera para nada el sabor, permite ablandarla. También puedes macerar la carne en zumos de frutas como limón, en vinagre de manzana o hasta en cerveza. Ojo, en estos casos el sabor de la carne variará.
- Ya sea a la plancha, al horno o a la parrilla, lo mejor para que la carne quede bien blanda es cocerla lentamente ¿No te ha pasado que tras darle un par de vueltas en la sartén a fuego máximo enseguida se endurece? Es mejor hacerlo con mucha paciencia y darle el tiempo necesario para que se cocine sin prisa.