Condenaron a prisión perpetua a las dos viudas negras que habían asesinado a un jubilado en Núñez

Adrián Enrique Muñoz fue asesinado de 22 puñaladas en mayo de 2021.

Condenaron a prisión perpetua a las dos viudas negras que habían asesinado a un jubilado en Núñez
Adrián Enrique Muñoz (74) fue asesinado de 22 puñaladas en mayo de 2021.

Rocío Barreto Vera (22) y Ariana Domínguez (21) fueron condenadas a prisión perpetua este lunes por asesinar de 22 puñaladas a Adrián Enrique Muñoz (74) en su departamento ubicado en el barrio porteño de Núñez en mayo de 2021. Ambas cumplirán su sentencia en el Complejo Penitenciario IV de Ezeiza.

Adrián Enrique Muñoz (74) fue asesinado de 22 puñaladas en mayo de 2021.
Adrián Enrique Muñoz (74) fue asesinado de 22 puñaladas en mayo de 2021.

Fue el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOC) 20 de la Ciudad de Buenos Aires, conformado por los jueces Patricia Gabriela Mallo, Sabrina Namer y Walter Cavassa, que declararon a las implicadas como coautoras “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido con ensañamiento y para facilitar, consumar otro delito y procurar su impunidad, en concurso ideal con el delito de robo con armas”.

Cómo se llevó a cabo el crimen

Según los magistrados, las dos mujeres asesinaron al jubilado para robarle dinero y algunas pertenencias de valor, y luego quedaron filmadas por distintas cámaras de seguridad, saliendo del edificio con bolsas.

Rocío Barreto Vera (22) y Ariana Domínguez (21) fueron condenadas por el crimen.
Rocío Barreto Vera (22) y Ariana Domínguez (21) fueron condenadas por el crimen.

Tanto Barreto Vera como Domínguez quedaron implicadas, ya que habían visitado el domicilio de Muñoz una semana antes del hecho. Las fotos fueron enviadas por la víctima a un familiar, imágenes fueron claves para que ambas mujeres oriundas de La Matanza fueran detenidas.

Cómo hallaron el cuerpo de Muñoz

El cuerpo de Muñoz fue hallado el 11 de mayo de 2021 en su departamento 2.º. “A” de un edificio de la calle Ciudad de la Paz 3397, en Núñez, por su propia hija, quien se acercó al domicilio de su padre porque no había novedades de él. Como ella tenía un juego de llaves, decidió acercarse al lugar y se encontró con una imagen macabra: el hombre desnudo, boca abajo y con dos cuchillos clavados en la espalda.