El caso de Reinaldo Perger ilustra la vida de muchos venezolanos que han llegado al país con mucho sacrificio, en busca de mejor calidad de vida y, muchas veces, dejando lejos a sus seres queridos.
Su novia, Fabiola Navarro, de 24 años, emigró a la Argentina en junio después de haber resistido todo lo que pudo en Caracas. No quería dejar a su novio, pero llegó un momento en el que ya no pudo aguantar más, tomó un micro y vino se a Buenos Aires donde ya se había instalado su familia.
"Comí galletas y pan durante todo el viaje", le contó la joven a Infobae. Tardó 10 días en llegar. En Argentina empezó a tener un malestar generalizado. Creyó que estaba enferma pero estaba embarazada.
"No lo podía creer. Cuando le conté a Reinaldo se puso como loco. Quería venir y estar conmigo pero era imposible reunir el dinero para el pasaje", cuenta la joven. Reinaldo trabajaba como ayudante en un puesto de cocina y, casi cinco meses después, llamó a Fabiola y le dijo: "Me voy para allá, no puedo más".
Ella le preguntó cómo pensaba hacer si no tenían dinero para pagarle un pasaje y él le respondió: "Caminando".
Así fue que el joven emprendió su viaje. Primero, llegó a Colombia, en donde se encontró con otros caminantes que iban hacia Perú. Allí también encontró refugios en su camino que le sirvieron para retomar energía y seguir su rumbo.
"A veces se me nublaba la vista y se me pasó por la mente quedarme en ese sitio (Colombia) para trabajar y ganar un sueldo que me permitiera comprar un pasaje. Pero me di cuenta de que si me quedaba iba a tener que pagar un arriendo y comida y nunca iba a juntar la plata suficiente. Así que decidí seguir adelante", le contó Reinaldo al diario Clarín de Buenos Aires.
Tras casi dos meses de viaje, donde también contó con la ayuda de camioneros para acortar algunos tramos del viaje, llegó a Salta.
Allí Reinaldo conoció a una mujer a la cual le contó su historia. Ella, conmovida lo ayudó con un pasaje hasta Buenos Aires.
Fue así como después de mucho caminar, el pasado 28 de diciembre el joven llegó a la estación de micros ubicada en "El Talar" de Pacheco, donde lo esperaba Fabiola y su enorme panza, la cual tocó y besó por primera vez.
Hoy viven juntos y piensan casarse pronto para esperar como esposos el nacimiento de Matías.
"Yo creo que Dios tiene sus propósitos y que todo pasa por algo. Estoy muy agradecido con toda la gente como Laura que me ayudó para que pueda llegar", agradeció Reinaldo.
El joven abrió recientemente su cuenta de Instagram, y allí se autodescribe como un "venezolano en Argentina" y cuenta que ya es papá de "un príncipe" llamado Santiago y que está en la dulce espera de otro príncipe, Matías.
Por su parte, Fabiola, nacida en Isla Margarita, una zona paradisíaca del Caribe, sueña con contarle a su hijo lo hermosas que son las playas allá mientras le da "un futuro bonito" en Argentina, a la espera de algún día volver a visitar su tierra natal.