Los coletazos tras el rechazo en el Senado al proyecto de ley que impulsa la despenalización del aborto son moneda corriente en la sociedad argentina, y una adolescente de 15 años vivió en carne propia las consecuencias por manifestarse como "Provida".
El choque de posturas desembarcó en la Escuela Polimodal Nº12 Gobernador Mariano Saavedra, de la localidad bonaerense de Monte Grande, donde una joven que está en contra de la legalización del aborto fue amenazada por algunas de sus compañeras.
"Mirá provida de mierda, si seguís pegando tus cartelitos celestes bancate la que se te viene", reza el cartel que le pegaron a la estudiante.
Ayelén Castaño, madre de otra de las víctimas de los mensajes intimidatorios, detalló lo que sucedió el pasado viernes mientras su hija estaba en el colegio. "Mi hija vuelve del colegio y me cuenta que a una compañera le habían pegado un cartel con ese mensaje, que iba dirigido a todos los que se manifestaron en contra del aborto. Como mamá tengo miedo de que esto pase a mayores", señaló la mujer en diálogo con Crónica.
Ante la inacción de las autoridades del establecimiento educativo donde asiste su niña, Castaño hizo público el episodio en su cuenta de Twitter: "De esta manera quieren intimidar a la amiga de mi hija, con quien trabaja para difundir el mensaje por la vida. Como no les alcanzó con arrancarles los afiches celestes con información, ahora van a infundirles miedo para que dejen de contar la verdad sobre esta ley. ¡Todo esto dentro de la institución!".
Indignada por la situación, Castaño detalló cómo se desempeño la escuela en relación al debate por la interrupción voluntaria del embarazo. "Estamos hablando de chicos de 15 años. Desde que empezó el año, en la escuela aparecieron pañuelos verdes y celestes, y desde la dirección impulsaron debates y discusiones en buenos términos; el colegio siempre se mantuvo neutral en el tema", reveló.
La mujer, asustada por cómo puede continuar el tema en el futuro, explicó por qué su hija es una de las apuntadas. "La idea de mi nena y de su amiga era hacerse ellas mismas sus pañuelos celestes. Con el pasar de días, muchos otros chicos se sumaron y querían su pañuelo. Entonces pegaron carteles en la escuela con una dirección para contactar a quienes fabricaban los pañuelos, y las referentes eran mi hija y su amiga, a la que le pegaron el cartel en la espalda", señaló.
"Hay que respetar una y otra opinión. Más allá de las ideas, no se puede silenciar al otro a través de la violencia. El respeto mutuo es fundamental para avanzar", concluyó.