Por Javier Firpo
Agnes Jaoui. Así, a secas, suena desconocida, anónima. Pero basta con hacer un poco de memoria y recordar tres grandes películas -una mejor que la otra-, que la tuvieron como actriz y directora: "El gusto de los otros", "Como una imagen" y "Háblame de la lluvia", junto a JeanPierre Bacri, notable intérprete francés y ex pareja de Jaoui, quien vino a la Argentina en un par de oportunidades, incluso para cantar fados, boleros y tangos. Todo lo hace maravillosamente, como este rol que interpreta en "50 primaveras", que hoy se estrena en las salas porte- ñas, dirigida por Blandine Lenoir, y que tiene a Agnes, esencialmente, en el centro de la escena.
Sin caer en clichés ni en lugares comunes, la película se atreve a hablar de un tema que no es muy recurrente en pantalla grande: la llegada de la menopausia. Lo que podría ser un film de tono dramático, Lenoir -no conocida por estas tierras- imprime situaciones de comicidad e ingenio, que la convierten en una película exquisita y singular, con una actuación fantástica de Jaoui, que a los 53 años logra, tal vez, el mejor papel de su ecléctica carrera. Es lo que siente la intérprete, quizás, por el significado que tiene su Aurora, una madre soltera, relegada de su trabajo de mesera, al que termina abandonando por una cuestión de dignidad; a punto de convertirse en abuela, entendiendo de qué se trata el nido vacío y con los primeros síntomas hormonales de un cuerpo que insinúa cambios e incómodos calores.
Y, encima, atravesando una soledad que le duele, pero que no la paraliza, al contrario. “Aurora vive lo que todas las mujeres a partir de los cincuenta: hijos que se van, cuerpos que se modifican y hombres que ya no la miran”, reflexionó Agnes hace algunas semanas en Madrid: “Es una película que se atreve a hablar de la menopausia, un tema tan simple como sensible, al que el cine le da la espalda”. Es cierto. Este shock que experimentan las mujeres no suele estar presente en cine, teatro ni televisión. Pero lejos de victimizarse, Aurora busca sobreponerse a cada contingencia, sin renunciar a sus deseos. Ese comportamiento casi inconsciente la termina sacudiendo y despertando a la vida.
Mucho tendrá que ver esa reacción con el inesperado reencuentro con un amor de juventud, que activará en ella el desafío de la reconquista... y la desinhibición.
“¿Por qué la mujer desaparece a determinada edad para el mundo laboral, social y sexual? Porque el mundo está dirigido por hombres”, preguntó y respondió Jaoui, que subraya que “50 primaveras” habla de otro tema que no se suele mencionar: la solidaridad femenina. “A las mujeres se las presenta como rivales pero aquí hacemos hincapié en la generosidad. Mis amigas son mis hermanas, no puedo vivir sin ellas”.
El film conmueve, invita a sonreír, pero sobre todo a reencontrarse con el carisma, vulnerabilidad, energía y calidez de Agnes Jaoui. Sí, todo en un mismo envase.