Un obispo mormón de Vélez Sarsfield rompió el secreto de confesión y denunció que un hombre le confesó que abusaba sexualmente de su propia hija de 13 años. El sacerdote, perteneciente a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, reveló la información a la madre de la víctima y el abusador quedó detenido.
La defensa del hombre solicitó la anulación del sumario porque la detención se produjo a partir de la violación del secreto de confesión. Sin embargo, la Sala VII de la Cámara Nacional en lo Criminal afirmó que no se incurrió en el delito de revelación de secretos debido a que su accionar pudo haber prevenido más ataques sexuales.
El obispo, identificado como G.C.C., se rehusó a declarar por su relación con el acusado y porque el secreto de confesión se lo prohibía. Por su parte, los jueces Mariano Scotto y Mauro Divito, afirmaron que aún no se estableció si la iglesia pertenece a un culto admitido, pero que por los dichos del sacerdote se trata de un credo en el que rige la importancia del secreto de confesión.