A través de redes sociales se viralizó la historia de Esteban Neculman, un barilochense que estuvo dos meses internado por coronavirus. Estuvo tres semanas en coma y sólo recuerda sueños que vincula a visiones religiosas.
El rionegrino tiene 55 años y fue internado el 11 de mayo tras tener algunos síntomas de gripe. Hasta ese entonces, trabajaba en una iglesia evangélica y entregaba módulos de comida y barbijos en los barios más carenciados, según informó Clarín.
A los pocos días, los estudios que le realizaron le indicaron que había contraído la enfermedad. Allí fue donde comenzó su travesía en otro mundo.
El hombre estuvo 59 días internado y 20 de ellos estuvo en terapia intensiva. Según los médicos, estuvo cuatro veces al borde de la muerte.
"Cuando me desperté pensé que había pasado una noche y ahí me dijeron que estuve 20 días en coma, pero del resto de los 40 días no me acuerdo prácticamente nada", informó.
Neculman es policía y comerciante, vive en el barrio El Frutillar en el Alto de Bariloche, y confesó que cuando estaba internado, tuvo extraños sueños: "Yo soñaba y soñaba, que viajaba en tren, en avión, es lo que me quedó en la memoria", afirmó.
"El día que abrí los ojos tenía cables y sondas pegadas en el cuerpo, no entendía nada. Una sensación horrible. Lo último que recordaba era que tenía fiebre, me dio positivo el test y después de eso me desvanecí, me desmayé", continuó.
La situación de Neculman era grave. En 2010 había sido operado de un tumor en la cabeza, algo que complejizó su estado.
"No sabían qué hacer ya para que respirara, me ponían boca abajo, pero lucharon y me salvaron. Yo creo que todo es obra de Dios, no es la primera vez que me saca de una", reflexionó.
Ya en su casa, el barilochense admitió que sus compañeros de la iglesia evangélica rezaron por él y confesó que fueron determinantes en su recuperación. "Se juntaban en grupos y oraban por mí, yo creo que vi al Espíritu Santo, tuve un encuentro, algo vi", agradeció.
Cuando se recuperó y recibió el alta médico el 30 de junio, pesaba 13 kilos menos y fue ovacionado por sus vecinos al llegar a su casa. "Estaba nevando y los vecinos hicieron una caravana de autos para saludarme", expresó, con emoción, Neculman.
El barilochense está en su casa y espera con ansias poder volver pronto a atender su comercio y también poder ayudar con su trabajo en la iglesia. "Hicimos como 4.500 barbijos así que queremos seguir con eso y entregando comida", sentenció.
