Cuando se habla de ciudadanos ejemplares, muchos de ellos son desconocidos, a pesar del trabajo que realizan en forma silenciosa y anónima. En este caso te contaremos la historia de la oficial Carolina Spiro de 23 años.
Carolina explicó en el medio Labrújula, que se crió entre Villa Rosas y el barrio San Martín, en medio de una familia trabajadora. Desde pequeña mostró vocación de servicio. De hecho, sus sueños eran convertirse en policía o enfermera, dos profesiones netamente vinculadas con la ayuda a la comunidad.
Desde hace un tiempo y mediante su cuenta de Facebook, se dedicó a juntar ropa y juguetes para los chicos de los barrios carenciados. Sin embargo, esa actividad, se vio postergada durante algunos meses, mientras realizó el curso en Mar del Plata para recibirse de oficial.
En la actualidad combina sus dos pasiones. Mientras trabaja para el Comando de Patrullas y cuando tiene algún segundito durante las guardias, reparte juguetes para sacarles una sonrisa a los nenes que residen en los barrios más humildes.
"Hace unos meses volví a recolectar y en Reyes empecé a repartir en los sectores carenciados. Así que antes de empezar mis guardias, cargo una caja y la subo al móvil", agregó la efectivo.
"Me parte el alma ver chiquitos en situación de calle. Y lamentablemente cada vez se ven más. Por eso, sacarles una sonrisa, en medio de toda esta crisis que ellos no eligieron, es mi humilde aporte", dijo.
"Lo que veo en los chicos es felicidad pura. Ellos ven un simple juguete y se les pinta una sonrisa. Hace unos días me acerqué a unos nenes en el Rosendo López y les dije si querían un juguete que habían venido los Reyes. Enseguida los abrazaron, abrieron los ojos grandes y me dijeron ´gracias´. Eso no tiene precio", agregó.
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"Sé que la policía esta mal vista, pero la gente tiene que saber que no todos somos iguales", completó.
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