Al igual que muchos chicos del interior, Luna Albanese se mudó este año a Buenos Aires para empezar el CBC de psicología. La joven tuvo la posibilidad de dejar Azul y, al igual que su hermana Frida que ya lleva un año en Capital Federal, estudiar una carrera universitaria en la UBA. Sin embargo, el coronavirus cambió todo.
"Este año tendría que haber empezado mi primer año de facultad, de psicología en la UBA pero por el coronavirus no pude empezar de forma presencial así que directamente toda la experiencia que tengo en la facultad la tengo de forma virtual", cuenta la joven de 19 años en diálogo con Vía Azul.
Su hermana Frida, que es un año mayor, vive en Capital Federal desde 2019, y está cursando el primer año de medicina en la universidad publica: "No lo siento como un año perdido o sabático porque estoy cursando todas las materias que debería estar cursando y me la paso estudiando, pero obviamente todos coincidimos que siempre hay algunas cosas que se pierden cuando estudias de forma virtual. Intercambios entre profesores, compañeros, que suman al contenido. El año pasado había empezado a estudiar con compañero para parciales y ahora tuve que volver a estudiar sola".
"Ha sido bastante extraño acostumbrarme, no solo a la facultad sino también acostumbrarme a esta nueva metodología de enseñanza que claramente no es extraña solo para mi, o para nosotros como alumnos, sino también para los profesores y para facultad que no estaban acostumbrados a esto, y se tuvieron que crear plataformas y buscarse la manera para darnos herramientas para que podamos aprender y continuar con la enseñanza", cuenta Luna, quién está ante su nueva experiencia viviendo lejos de casa y estudiando en la facultad.
Las dos hermanas coinciden en que si bien no es un año normal, no se trata de tiempo perdido. "La verdad es que nos han dado clases, textos y demás como si estuviéramos cursando en forma presencial. Los profesores se están esforzando un montón a traves de foros, videollamadas y demás para poder ayudarnos", agrega Luna.
Capital Federal, junto con el conurbano, son uno de los epicentros de la cuarentena, y desde el principio las restricciones fueron más fuertes que en el resto de país. "Al principio no salíamos nada, era despertarte y estudiar en tu casa. No teníamos un cambio de escenario, nada. Yo estudiaba bastante en la facultad o en la biblioteca, y ahora me toca estudiar siempre en el mismo lugar. El tema compañeros es un garrón porque no hay intercambio de nada, solo están los grupos de WhatsApp para consultar temas prácticos y bibliografía", explica Frida.
A pesar de todas las contras, ambas destacan la colaboración entre compañeros que se multiplicó en grupos de WhatsApp y el esfuerzo de los profesores: “Es difícil cursar así, es un poco estresante pero de alguna forma intentamos ayudarnos entre todos y facilitarnos la situación. Es muy impersonal cursar así porque si bien conoces a los profesores o compañeros por chats o videollamadas no es lo mismo que estar en una clase presencial donde los ves cara a cara. Es una lástima, pero también los que estamos cursando somos los que tenemos acceso a internet y dispositivos móviles que no muchos lo tienen y es super triste que no puedan empezar o continuar la facultad por no poder acceder a internet”, reflexiona Luna.
"Lo más difícil y estresante es no saber que iba a pasar. Las decisiones se fueron tomando a la marcha y cómo iba avanzando el coronavirus. Se intentaron dar las mejores soluciones a los problemas que se encontraban. Se cambió el calendario académico, nos permitieron dar los finales online. La facultad se comunica a través de las redes y la página oficial, nos dan información oficial de todo lo que va sucediendo", cuenta Luna, y Frida agrega: "Dentro de todo, por lo menos en mi caso con mis materias y mis cátedras, están dando clases y nos ayudan bastante".