La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) rechazó “fuertemente el uso de suero equino hiperinmune para los pacientes con coronavirus internados en terapia intensiva, en los que requieren ARM y en los pacientes que hayan recibido plasma de convalecientes para Covid-19″. El tratamiento de desarrollo nacional había sido aprobado por la Anmat en diciembre pasado.
En un comunicado, que la entidad difundió en su web y a través de sus redes sociales, fue contundente.
Con la firma de su presidenta, Rosa Reina, la Sociedad explicó que “no hubo diferencias” entre los pacientes que recibieron el suero equino y el placebo.
Y agregó: “No se demostraron los objetivos primarios y secundarios de eficacia clínica en ningún caso, no encontrándose diferencias significativas entre los pacientes que recibieron el suero equino hiperinmune y los que recibieron placebo, en relación al ingreso a terapia intensiva, requerimiento de asistencia respiratoria mecánica y de mortalidad”.
La aprobación de la ANMAT
A través de la disposición 9175/20, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) había autorizado en diciembre el suero equino hiperinmune para tratar pacientes con Covid 19 “en condiciones especiales”.
“La autorización bajo condiciones especiales se produce teniendo en cuenta los beneficios terapéuticos del producto. La agencia de regulación argentina otorgó una inscripción del medicamento en el REM con carácter condicional y por el plazo de un año”, había informado la Anmat. Y detalló “está indicado para el tratamiento de pacientes adultos con enfermedad de curso moderado a severo”.
El suero equino hiperinmune es fruto del trabajo de articulación público-privada encabezado por el laboratorio Inmunova, BIOL, la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán” (Anlis), con la colaboración de la Fundación Instituto Leloir (FIL), Mabxience, Conicet y la Unsam.
Si bien el tratamiento había comenzado su distribución la semana pasada, los terapistas hicieron alusión a la falta de evidencias sobre sus beneficios, incluso según el propio estudio de la Anmat, aunque advirtieron que su posición “queda sujeta a posteriores modificaciones según el avance de los conocimientos y publicaciones científicas”.