Salvador Uriel acaba de cumplir 2 años, y gran parte de ellos no tuvo vinculación con su familia paterna por determinaciones de su madre. La separación de Vicky Xipolitakis y el empresario Javier Naselli fue de los escándalos mediáticos más pertinentes que trajo consecuencias muy desafortunadas: idas y vueltas con la Justicia, una abuela que no ve a su nieto y denuncias por violencia de género.
Teresa, la madre de Javier Naselli, hizo pública una conmovedora carta donde explica su tristeza dentro del presente que vive y reveló que ya no tiene vínculo alguno con su nieto. Además, días atrás el empresario denunció que la vedette, desoyendo a la Justicia (le había dado un revés ya que estableció que jamás hubo violencia), no le permitía vincularse con su hijo que acaba de cumplir 2 años: ni a él ni a la familia paterna del pequeño.
Y como si esos dichos hubieran sido poco, ahora la que habló fue Teresa, la madre de Naselli y abuela de Salvador. Frente al cumpleaños de su nieto no pudo evitar escribirle una conmovedora carta: “Feliz cumple Salvador, prometo un día darte un abrazo grande y dejarte saber todo lo que tu familia del lado paterno te ama. Mi querido y adorado nietito, deseo estar con vos en tu segundo cumpleaños. En el primero solo te vi en revistas, televisión y todos los medios. Entonces me dije, ‘en el segundo voy a estar a tu lado’, y otra vez no es así”, expresó en el comienzo de su carta, leída en Los ángeles de la mañana, el ciclo de Ángel de Brito.
Luego, el conductor siguió leyendo y llegó a un tramo cúlmine del texto: ”Yo sé que con la edad llega la nostalgia de algunas cosas que se fueron, pero un nieto es sangre de tu sangre; vos sos mi herencia. Le pido a Dios que me dé tiempo de encontrarnos. A mis otros nietos los tuve tiernamente en mis brazos, eran como amores nuevos que llegaban. En los nietos se nos devuelve todo lo que sutilmente fuimos perdiendo con la vida”.
Y para cerrar, se lamentó con la frase “Ni una caricia ni una canción de cuna para hacerte dormir cerca de mi corazón hasta verte dormir plácidamente. No pude cambiar tu pañal, ni darte el biberón, ni darte la mano cuando empezaste a caminar”.