Con un peregrinaje silencioso y conmovedor a la curva B del estadio San Paolo, cientos de napolitanos despidieron este jueves con altares improvisados, lágrimas y bengalas de humo a Diego Maradona, ídolo de una ciudad que se identifica con su extravagante y a la vez trágica vida.
Pero no fueron solo los hinchas los que le rindieron homenaje. Todos los jugadores del Nápoli salieron esta tarde a la cancha vistiendo la camiseta número 10 de color celeste, en homenaje a la figura del ídolo Diego Maradona, quien falleció ayer, a los 60 años, en Buenos Aires.
En la previa del encuentro por Europa Liga con el Rijeka de Croacia, los futbolistas titulares del equipo italiano ingresaron al -hasta hoy- estadio San Paolo con la casaca que inmortalizó el astro bonaerense, auténtico emblema no solo del club sino de toda la ciudad de Nápoles.
Los futbolistas saltaron al campo de juego con el número distintivo (incluido el arquero Alex Meret que portó una chomba de color verde militar con la 10) y luego participaron del homenaje que se le tributó en el centro de la cancha, con la realización de un minuto de silencio.
A la ceremonia se sumó el director técnico del conjunto napolitano, Gennaro Gattuso, quien también se despojó del habitual saco y camisa para vestir una camiseta con el número 10, a tono con sus dirigidos.
Previamente, alrededor de 250 a 300 hinchas del Nápoli diseñaron una pequeña concentración en las inmediaciones del estadio San Paolo, donde no faltaron el clásico cantito “Ho visto, Maradona” y las camisetas del seleccionado argentino para recordar la figura del mito.
Dentro del estadio, en tanto, mientras se concretaba el correspondiente minuto de silencio, desde las pantallas electrónicas se proyectaba una imagen de Diego de sus tiempos de jugador en la escuadra del sur italiano. También había una bandera que colgó la denominada “Curva nord” que reflejaba “Da Noi custodita” (”Por nosotros custodiado”).
Maradona vistió durante siete temporadas (1984-1991) la camiseta celeste del Nápoli y transformó verdaderamente a la institución. Al cabo de su permanencia en el club, Diego condujo a la conquista de dos scudettos (1987 y 1990), una Copa Italia (1987), una Supercopa Italiana (1991) y una Copa UEFA (1989)