El repartidor de 22 años baleado en la cabeza en la localidad bonaerense de Ituzaingó continúa en terapia intensiva, en coma y con respirador, según informaron desde la Dirección del Hospital Güemes de Haedo. Mientras tanto, investigan si se trató de un asalto o de una venganza por denunciar el robo de una moto.
En ese sentido se realizaron cuatro allanamientos para dar con los dos sospechosos identificados pero que dieron como resultado negativo.
Facundo Hambra (22) “continúa internado en terapia intensiva, en coma y con asistencia respiratoria mecánica. Su estado general es estable y su pronóstico es reservado”, dijo a Télam una fuente de la Dirección del Hospital Güemes de Haedo. Y agregaron que los médicos están intentando reducir el edema que tiene en su cabeza.
Hambra ingresó en la noche del último lunes con una herida de bala en el cráneo, por lo que fue intervenido quirúrgicamente de urgencia. De acuerdo a los médicos, el paciente sufrió pérdida de masa encefálica y no se le pudo extraer el proyectil.
El repartidor fue baleado frente a una vivienda ubicada en calle Madeyro, entre Alvear y Laprida, en la localidad de Ituzaingó, mientras entregaba un pedido.
En esas circunstancias, el joven fue sorprendido por dos hombres que, sin mediar palabra, lo atacaron a balazos y huyeron en moto con su celular.
Si bien no descartan la hipótesis del intento de robo, los investigadores creen que el móvil del hecho fue una venganza por un “escrache” realizado por Hambra días atrás frente a la casa de unos jóvenes a los que acusaba de haberle robado su moto.
El hecho es investigado por el fiscal Patricio Ventricelli, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada 2 de Ituzaingó, quien caratuló la causa como “tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación ilegal de arma de fuego de uso civil”.