Los cruces con el ministro de Economía Martín Guzmán, y la frustrada salida del gobierno de Federico Basualdo, subsecretario de Energía Eléctrica, dejaron a Alberto Fernández con un poder debilitado que deberá encargarse rápidamente de resolver.
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“Alberto decidió que Basualdo se fuera, pero no ya, sino dentro de unos días”, dijeron a Clarín fuentes oficiales, sin precisar si el presidente buscará la salida del funcionario esta semana o cuando regrese de su gira por Europa, que incluirá a Guzmán en el contingente.
El motivo detrás de la salida de Basualdo es la discusión interna por el déficit y la emisión monetaria. El viernes mismo, Guzmán intentó avanzar con el trámite a través del secretario de Energía, Darío Martínez, pero Basualdo avisó al Instituto Patria y logró pausar su renuncia. Y es que el subsecretario responde casi directamente a Cristina Kirchner. Mientras, desde La Cámpora salieron a sostenerlo y dijeron que no iba a dejar su cargo.
“Para nosotros, ya está. Es un tema terminado”, dijeron allegados a la vicepresidenta.
Mientras, desde el entorno de Guzmán, aseguran que “se tomó una decisión basada en la necesidad de resolver un problema macroeconómico”. La intención de Guzmán es intervenir la economía con ajuste tarifario, para tratar de empezar a reducir la emisión monetaria, que impacta de lleno en la inflación. “Si no se gestiona urgente, esto explota”, dicen desde el ministerio.
La inflación de marzo medida por el IPC fue del 4,8% según el INDEC: la cifra más alta de la gestión de Fernández.
Y es por eso que a última hora del viernes se publicó en el Boletín Oficial algo fundamental para el ministro: el aumento de 9% en las tarifas de energía eléctrica para los usuarios de la ciudad y el Gran Buenos Aires, el primer paso de un plan que el ministro pretende diseñar con respaldo del Presidente, pero sin el permiso de la vicepresidenta.
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Y es que para el kirchnerismo, los aumentos en un terreno propio como es el Conurbano bonaerense, al mando de Axel Kicillof, son cruciales.
Los entredichos
La bronca de Guzmán con Basualdo es de larga data, al menos de un año de antigüedad. Desde el entorno del ministro acusan que su molestia tiene que ver con que Basualdo “estuvo un año y medio” sin armar un esquema de segmentación tarifaria y de “renegociación razonable con las empresas”.
Además, poco después de que Guzmán hablara sobre el aumento de las tarifas en una entrevista televisiva, Basualdo dijo en un sitio especializado que las tarifas de “Edenor y Edesur directamente pueden no aumentar”.
Guzmán insiste con avanzar con el programa de segmentación tarifaria con el que, dicen, coincide el secretario de Energía, y que terminaría con otro aumento del 15% para 2021.
“En algún momento hay que gobernar. Hace meses que se discute esto”, dicen los colaboradores de Guzmán, y cuentan que, aún en plena crisis, el ministro conservar su temple. “Es un monje shaolin, ni siquiera levanta la voz”, aseguran.