Por segundo año consecutivo, miles de "celestes" marcharon para expresarse en contra de la legalización del aborto y hubo fuertes críticas a los legisladores pero también a Mauricio Macri, que este año buscará su reelección.
La manifestación principal fue en la ciudad de Buenos Aires en conmemoración del Día del Niño por Nacer, cuya marcha comenzó en Plaza Italia y terminó al costado del museo de Bellas Artes, donde había montado un escenario. También hubo réplicas en decenas de ciudades del interior del país.
Además de los pañuelos celestes, los manifestantes desplegaron el feto gigante que estuvo en otras marchas, banderas argentinas —algunas con un feto en lugar del sol— e imágenes de la virgen y hubo presencia de algunos partidos políticos como Proyecto Segunda República y Bandera Vecinal.
"Macri me desilusionó porque giró su postura. Lo sigo respetando pero rezo por su conversión", dijo a este medio una manifestante en las cercanías de Plaza Italia. Algunos cantos de la gente se expresaron en ese mismo sentido y desde arriba del escenario, los oradores también manifestaron su descontento con Macri, cuyo nombre desató silbidos en algunos de los presentes.
Alejandro Geyer, uno de los organizadores de la marcha, dijo que "las políticas del gobierno son claramente políticas contra la vida" y agregó que en estas elecciones "definimos el futuro de la patria, la familia y de millones de niños por nacer". Mientras, en Twitter, uno de los hashtags más usados fue una clara advertencia a los candidatos: #2019VotoVida.
"El enemigo no se rinde y está mal herido [por los grupos a favor del aborto legal]", decían en la página oficial de la convocatoria y ese fue la principal proclama de los manifestantes, que temen que el proyecto de ley del aborto legal, seguro y gratuito que el Senado rechazó en agosto, vuelva a ser debatido este año.
Pero fueron más allá y pidieron la derogación del protocolo ILE, al que califican de inconstitucional y citaron los casos ocurridos de Concordia, Jujuy y Tucumán. “Basta del protocolo de la muerte”, reclamaron.
Fernando Secin, urólogo y miembro de Médicos por la Vida en la ciudad de Buenos Aires, en conversación con este medio denunció "la persecución que están recibiendo muchos de nuestros colegas por haberse negado a matar a un bebé de 6 meses", por los casos de Leandro Rodríguez Lastra (de Cipolletti) y otros tres médicos más en San Juan, quienes se negaron a practicar un aborto legal. "Todo esto empezó con la ley del divorcio y el matrimonio igualitario. Ahora sigue la eutanasia. Son todas cosas importadas", agregó Secin.
Otro de los ejes de la manifestación, bajo la consigna "con mis hijos no te metas", fue el rechazo de la Educación Sexual Integral (ESI) y a la ideología de género, "ya que la educación sexual empieza en la familia". También hubo una defensa de las personas con síndrome de Down y otros discapacitados, quienes al principio del acto fueron invitados a subir al escenario y lo colmaron. "En la Argentina hay lugar para todos", dijo Geyer en ese momento.
Hacia el final del acto, subieron al escenario algunos veteranos de Malvinas que se manifestaron "a favor de las dos vidas", a las que compararon con las dos islas en las que lucharon. El coronel Esteban Lamadrid explicó que estaban allí para proteger al indefenso, porque "el soldado que va a luchar por su nación sabe a dónde va pero el niño por nacer confía en quien lo lleva en su seno y no tiene armas para defenderse".
Las marchas fueron convocadas por la organización internacional Marcha por la Vida y recibieron el respaldo local de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélica, la Conferencia Episcopal católica y distintos referentes "provida", como Mariano Obarrio, Agustín Laje y Amalia Granata.
La Marcha por la Vida es un movimiento que nació en Estados Unidos en 1974, luego de que el fallo de la Corte Suprema en el caso Roe vs. Wade despenalizó el aborto en todo el país.
En 1998, un decreto del presidente Carlos Menem estableció el 25 de marzo como el Día del Niño por Nacer, ya que en esa fecha —nueve meses antes de la Navidad— la Iglesia Católica celebra la Anunciación, el pasaje de la Biblia donde el ángel Gabriel le dice a María que está embarazada del hijo de Dios y ella acepta ser su madre.