Los economistas Carlos Melconian, Silvina Batakis y Aldo Pignanelli contradijeron este sábado al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien había asegurado que la recesión terminó en diciembre y advirtieron que existen riesgos de "espiralización de la inflación y la pobreza".
Para los tres economistas, la depresión económica aún continúa e incluso hay dudas si en el segundo trimestre la actividad podrá sobreponerse dado que el apretón monetario está generando una fuerte restricción productiva y del consumo. Y en el medio aparece la tradicional incertidumbre por el proceso electoral.
Melconian, ex presidente del Banco Nación y asesor personal del presidente Mauricio Macri, advirtió que en la Argentina "no hay un programa de reactivación o estabilidad" sino sólo un plan que apunta a "evitar espiralizaciones", porque se está en un escenario de crisis muy fuerte.
"Este esquema de volatilidad va a ser continuo. Hasta que en junio no sepamos quiénes son los candidatos, el impacto de la política sobre la economía no está claro", expresó el economista en declaraciones radiales.
Subrayó que es "clave recuperar la confianza" de los argentinos en Cambiemos y lograr "un cambio de expectativas" en los inversores. Pero reconoció que eso es muy difícil si el Gobierno no logra frenar la suba del tipo de cambio en una economía que está "muy dolarizada".
La mirada opositora
Para la economista Batakis, no sólo no hay señales de reactivación económica sino que el Gobierno enfrenta un "complejo escenario" en el que hay "graves riesgos" de "espiralización de la inflación y la pobreza".
"No hay indicador que de cuenta que la economía se está recuperando. El campo será un gran motor este año por una cosecha muy buena, pero los sectores industriales y de mano de obra intensiva están trabajando al 15%, 20% o 30% de su capacidad", sostuvo Batakis.
Según Batakis, la inflación de marzo estará cerca del 4%, pronóstico con el que coincidió Melconian. "Con eso, el dato del primer trimestre se ubicará en torno al 10% u 11%. Y esto se da en el marco en el que mientras suben la tasa de interés también les aumenta el tipo de cambio", señaló la ex ministra de Economía bonaerense durante el sciolismo.
Para Batakis, ese escenario demuestra que la política monetaria acordada por el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional no está dando resultados positivos dado que por más que se profundice la contracción monetaria, la inflación crece y "puede espiralizarse".
"Estas son las consecuencias de una política implementada. Ya (Mauricio) Macri lo ha dicho en reiteradas oportunidades: 'no hay Plan B y este es el camino' que plantea el Gobierno. Pero sí, claro que hay otro camino: hay que cambiar todas las políticas y buscar el crecimiento y desarrollo", sostuvo.
Acuerdo de precios y salarios
En la misma línea opinó el economista Aldo Pignanelli, quien actualmente está asesorando al eventual candidato presidencial Roberto Lavagna. "Si no frenan la inestabilidad financiera se les puede espiralizar la inflación, lo que va a profundizar la crisis", dijo.
Pignanelli dijo que para evitar esta situación el Gobierno debería convocar a un acuerdo de precios y salarios, lo cual "no significa un congelamiento" sino sólo un compromiso de cortar un círculo vicioso en el que una vez que suben los sueldos, suben los precios y así sucesivamente.
Esta es una idea que empezó a tomar cuerpo en la Unión Industrial Argentina (UIA). Uno de los vicepresidentes de la entidad, Daniel Funes de Rioja, propuso al Gobierno que aplique un "acuerdo de precios" para bajar la inflación y reactivar el consumo.
Según el empresario, “tenemos una realidad de una suba del tipo de cambio del 100%, una inflación cercana al 50% y un traslado de los costos que de ninguna manera se ha producido, porque el mercado no da, ante la caída del consumo y la subutilización de la capacidad instalada”. Por ello, en la UIA quieren un acuerdo de precios y salarios.