El pasado 10 de febrero en el Estadio Monumental, River le ganaba 2-0 a Racing cuando se vivió una situación inesperada. Cuando faltaban poco más de 20 minutos para que finalice el encuentro, el entrenador de la Academia, Eduardo "Chacho" Coudet, llamó a Ricardo Centurión para ingresar.
Mientras el DT le daba indicaciones al exjugador de Boca, el mediocampista se lo quitó de encima con un manotazo. A raíz de esta actitud, Centurión fue oficialmente separado del plantel. La dirigencia del club decidió que el futbolista no se entrene más con el equipo de Primera y lo bajó a la Reserva.
Un mes después, "Ricky" rompió el silencio en una entrevista exclusiva con TyC Sports, en la que se mostró arrepentido por todo lo sucedido. "Chacho no se merecía que yo lo empuje. Me la agarré con el que no debía. Son cosas que se arreglan puertas adentro y me queda como enseñanza", expresó el jugador.
Centurión confesó que lloró luego de la pelea y que se le cruzó por la cabeza "largar todo, pero no se lo dije a nadie". Además, afirmó que tiene "un montón de sueños", pero admitió que debe dejar de cometer errores para poder cumplirlos adentro de una cancha. "Para algunas cosas soy grande y para otras un pendejo boludo. Quiero jugar en las mejores ligas y jugar un Mundial, pero haciendo estas cagadas es imposible", se lamentó.
Respecto a las repercusiones de la pelea, el jugador contó que hasta su familia se enojó con él y le "dio vuelta la cara como si hubiera matado a alguien". Ya con la mente en frío, "Ricky" aseguró que le gustaría recomponer las cosas: "Me gustaría hablar cara a cara con Coudet y pedirle perdón mirándolo a los ojos".
Finalmente, sobre un posible campeonato de su equipo, dijo: "No me sentiría campeón en Racing, más allá de que ayudé mucho. Fui parte, pero no me siento completo, porque soy yo el que lo arruiné".