Existe una nueva tendencia en el mundo gastronómico local, y son los "chefs a cuatro manos". Según describe Clarín, es como ir a un concierto de rock, donde los cocineros y sus platos, son las estrellas. Es que se trata de un espectáculo donde hay una agenda pautada con varios meses de anticipación, que incluye la participación de invitados especiales, y consiste en reunir en un mismo restaurante a distintos chefs, provenientes de todo el país, y con diversos estilos, para preparar recetas únicas.
La iniciativa, que ya se implementa en distintos países del mundo, comenzó en restaurantes de alta gama y hoy, ya alcanzó a espacios más populares de comida rápida. Incluso, en Argentina, se encuentra el caso de Williamsburg, que recibió a la reconocida cocinera, Narda Lepes, para preparar increíbles hamburguesas. "Tenemos un producto gourmet, pero la idea es probarnos en un nivel superior para nosotros. Y es interesante para nuestros clientes, el evento en sí es una experiencia distinta", cuenta a ese mismo medio, Alejo Pérez Zarlenga, dueño de la famoso local ubicado en Palermo.
Otro restaurante que se sumó fue Diggs, especializado en cocina norteamericana, que fue por una propuesta más lúdica y eligió la modalidad de "duelo" entre importantes chefs invitados. "Como nuestro concepto es comida callejera, nació medio en serio, medio en broma el Street Food Fighter: dos cocineros se enfrentan creando un plato", dice a Clarín su chef Dante Franco.
Para el gastronómico, Alejandro Feraud: "Es un espacio para el crecimiento profesional de cada integrante y un lugar donde se exige la motivación y se aplica el profesionalismo. Cuando convocamos a otros cocineros, abrimos la puerta al crecimiento de todo el equipo". Es que el gastronómico, precisamente, es uno de los que más apoya esta iniciativa e invita con frecuencia a otros colegas a cocinar en su restaurante, Alo's, en la Horqueta.
En el sector, la mayoría coincide en que con la cocina "a cuatro manos", ganan todos: los chefs, que aprovechan el momento para aprender de otros; el público que tiene la oportunidad de probar platos únicos y de conocer en persona a sus cocineros predilectos, y también, los propios restaurantes que encuentran en esta práctica una acción de marketing. "Primero, que venga un chef de afuera es enriquecedor porque trae ideas y productos. Segundo, parte de la experiencia es compartida con periodistas cocineros y clientes. Tercero, hay cosas que hago yo, asumiendo costos y que ni pasan por los auspiciantes, porque es un mimo que me hago para mí y mi restaurante", concluye Andrés Porcel, dueño de Chila.