María Cristina Gómez, profesora de Historia en Rosario, y Martín Salvetti, docente de mecánica de autos, en la Escuela Técnica N°5 "2 de abril", de Temperley, fueron seleccionados como finalistas en el "Nobel" de la educación. Se trata de "Global Teacher Prize", el premio que reconoce a los 50 mejores maestros del mundo, donde compiten 10 mil candidatos de 179 países, y hoy dos argentinos integran la lista. El ganador, se sabrá en marzo del año entrante.
Diario Clarín publicó la historia de ambos docentes, que cada día eligen impartir sus clases en las zonas más vulnerables de sus localidades de residencia. Tanto Gómez como Salvetti fueron destacados por haber disminuido la deserción de sus alumnos, de la escuela secundaria, a través de programas innovadores, adaptados y pensados especialmente al contexto que transitan los estudiantes, donde el uso de la tecnología se volvió un aspecto central.
"Yo era de las que mandaba a los chicos a dirección por usar el celular. Pero cambié cuando vi que lo podía aprovechar. Aunque no tenemos Internet en la escuela, los chicos sí tienen celular. Hice una página web, donde subo los materiales, y ahora trabajo con lo que se conoce como clase invertida. Los chicos llegan con los contenidos leídos y lo trabajamos en clase", cuenta Gómez a ese medio.
La iniciativa de Salvetti, en cambio estuvo centrado en crear la radio escolar, que ya lleva 17 años consecutivos. "Empezó como un proyecto del área de arte. Los estudiantes de escuelas técnicas son los que más cerca están del arte, porque están muy motivados para armar cosas con sus manos. Empezamos la radio con un grabador doble casetera un mircófono. Pero después conseguimos donaciones", cuenta a Clarín. Y agrega: "Lo más importante es que le encuentren sentido a la educación".
Ambos coinciden en que, como docentes, es importante comprometerse y ser pacientes. "Somos la herramienta de la sociedad para el futuro", reflexiona Salvetti. Por su parte, Gómez agrega: "No se cansen, sigan capacitándose y no le tengan miedo a la tecnología, y no se subestime a los chicos por su condición social". Y asegura: "Yo pienso que cualquiera de mis alumnos puede operar el día de mañana a uno de mis hijos o nietos. Tengo que pensar que el que tengo frente a mí puede ser el premio Nobel del mañana".