Los principales diarios de Argentina se centraron en las repercusiones que tuvo el G20 para el país, la nueva reglamentación que faculta a las fuerzas federales de seguridad de usar armas de fuego frente a situaciones de inminente peligro o riesgo de vida, y los desafíos para los sistemas democráticos en todo el mundo.
"Nada hubo en los grandes medios que le concediera a Macri algún protagonismo importante en el transcurso de esas 48 horas de frenesí. No quiere decir que no lo haya tenido sino que es otra muestra –una más– de la poca trascendencia que tiene la Argentina como país", escribe Nelson Castro, en su columna dominical para Perfil. Para el periodista, la coyuntura actual, "siempre abundante en situaciones de conflictividad", ocupó rápidamente la atención de la opinión pública, que parece haber olvidado la histórica cumbre.
Así, Castro, analiza que la verdadera figura destacada post G20, fue la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien tras un exitoso operativo durante esa jornada, no tardó en anunciar medidas para las fuerzas federales, que enfrentaron a los propios integrantes del gobierno. "Esa conducta del Presidente muestra que el PRO se ha adueñado de Cambiemos. Y eso genera problemas. Es una de las causas –la principal– por la cual Emilio Monzó no competirá por la renovación de su banca el año próximo".
En la misma línea, Pablo Sirvén, columnista de La Nación, pone el foco en el cortocircuito entre Lilita Carrió y el PRO, a partir del visto bueno que Bullrich le dio a las fuerzas de seguridad federales para que combatan la delincuencia.
"En la Argentina del debate tosco, superficial y encrespado en el que solo cabe el negro y el blanco sin matiz alguno, la caja de resonancia de la novedad solo circuló por los extremos: los garantistas a ultranza se siguen rasgando las vestiduras en tanto que los fanáticos de la mano dura experimentan espasmos orgásmicos con el video del delincuente que en Río de Janeiro tomó de rehén a una anciana y que fue abatido por la policía en medio de los aplausos…", opina Sirvén. Y enfatiza la reacción de Carrió, quien no tardó en " mostrar los dientes", como él mismo describe, al publicar un tuit en el que cuestionó la reciente reglamentación por violar los derechos humanos.
Por su parte, Ricardo Kirschbaum, en Clarín, abre el debate sobre los desafíos que enfrenta la democracia y la necesidad de mirar hacia el futuro. "La lista de desafíos es inmensa: la digitalización; la robotización y sus efectos sobre el empleo, la biotecnología y los avances en salud que jaquean los sistemas jubilatorios, el cambio climático de serias consecuencias, la igualdad de género que resetea la sociedad y la familia, el futuro del trabajo, la globalización, el big data, el narco, la desigualdad; la educación, pobreza extendida", argumenta el editor.
Para él, actualmente existe una tendencia a mirar hacia el pasado, en lugar de prestar atención "hacia las enormes transformaciones que se están produciendo". "No hay en las dirigencias una conciencia evidente de que esos desafíos impactan cada vez con mayor alcance sobre el sistema democrático. En cambio, reaparecen los actores extremos con propuestas mágicas para resolver circunstancias y consecuencias que ignoran", concluye Kirschbaum.