A pesar de las de las restricciones de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), el cigarrillo electrónico es cada vez más consumido por quienes intentan dejar de fumar. El organismo había negado su autorización en 2011 y la ratificó en 2016, sin embargo, es frecuente ver personas vapeando en ámbitos privados y públicos.
Según informó Clarín, durante el 1° Foro Internacional de Cigarrillo Electrónico en Buenos Aires, que se realizó la semana pasada, los representantes locales de la industria argumentaron que la clave está en el "vacío legal" que permite la venta de estos dispositivos en Facebook, Mercado Libre y vidrieras de locales a la calle.
Sin embargo, los expertos de la salud advierten sus riesgos. "Hoy no lo podemos monitorear, se vende en Internet libremente. Ellos dicen que no genera humos de segunda mano, pero no es cierto, no hay evidencia. Sabemos que en los países donde está permitido aumentó el tabaco", dijo a ese medio, Gustavo Zabert, presidente de la Asociación Latinoamericana de Tórax (ALAT).
Desde el foro, explicaron que las sospechas sobre los efectos contraproducentes del cigarrillo electrónico, surgieron porque fueron las propias tabacaleras las que introdujeron los dispositivos en el mercado mundial, ante la caída del consumo de los cigarrillos tradicionales.
Hace ocho años, la cantidad de fumadores representaba el 27 por ciento de la población mundial. Actualmente, ese número descendió a 20. "Hay que tomar una posición ahora, no esperar 30 años, como hicimos para regular el consumo de tabaco. El cigarrillo electrónico es menos perjudicial que el regular, pero sí hay efectos en la salud. Y no sabemos a largo plazo", afirmó a Clarín, Mina Gaga, presidenta de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS).