Golpeó la derrota, la eliminación de Copa Argentina, la mala semana por la caída en el superclásico, y lo pésimo que jugó Boca contra Gimnasia de La Plata.
Aún así sorprendió que una vez consumada la derrota en el Kempes, Guillermo Barros Schelotto se quedó hablando 20 minutos con su hermano y colaborador Gustavo en el banco de suplentes. Fuera del recinto del vestuario.
Y también causó extrañeza que no se detuviera a hablar con la prensa, porque el DT de Boca siempre lo hace. Todo esto desencadenó rumores e interrogantes sobre su continuidad como técnico del Xeneize.
Lo mal que jugó el equipo ante Gimnasia, sin reacción tras la derrota a manos de River, pone en una situación difícil al Mellizo, de cara al partido crucial con Cruzeiro, el jueves 4 de octubre en Brasil.
En esa revancha por cuartos de final de Copa Libertadores, la gran obsesión para Boca, Guillermo se juega su futuro. Y el 2-0 a favor en la Bombonera no le da garantías por el bajón en le que cayó su equipo.