Un fuerte contrapunto se registró esta mañana entre el Gobierno y el sindicalismo en el arranque de la huelga general impulsada por la CGT en protesta contra la política económica que desarrolla la coalición Cambiemos.
Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, salió en televisión para advertir que la administración de Mauricio Macri no iba a tolerar ningún piquete en las principales avenidas, rutas y autopistas.
En la Capital Federal y el Gran Buenos Aires se imponía un silencio atípico. En algunos puntos se registraban manifestaciones de organizaciones políticas y sociales de izquierda, sin que se registraran incidentes.
La Policía bonaerense recibió un reporte por un colectivo de la línea 406 quemado en la ciudad bonaerense de San Justo, unos 30 minutos al oeste de la Capital Federal. Se abrió una investigación para determinar qué ocurrió, dijeron fuentes policiales a ViaPais.
El objetivo del Gobierno es garantizar la libre circulación durante toda la jornada de huelga, para quien quiera ir a trabajar lo pueda hacer en libertad. "La decisión es que no haya cortes, el objetivo es que la gente que quiera trabajar, pueda hacerlo más allá de los aprietes", dijo.
En la misma línea, el secretario de Trabajo, Jorge Triaca, salió con los tapones de punta contra el sindicalismo al reclamarle a la CGT que "deje de lado la política electoral" e insistió en que el paro nacional "no resuelve nada".
Según dijo el funcionario, "hay sectores sindicales que están detrás de un proyecto electoral y no ofrecen previsibilidad a la Argentina para garantizar el empleo", puntualizó. Para el sindicalismo, en cambio, lo que no resguarda el empleo es la política económica.
Al menos así lo afirmó el secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez. En declaraciones radiales, el sindicalista afirmó que la huelga no tiene intencionalidades electoralistas sino políticas, y consiste en que el Gobierno de un volantazo a la política económica.
"Nosotros no tenemos ninguna aspiración electoralista, todos los dirigentes que hoy conformamos la CGT buscamos que haya diálogo social pero en serio, donde se busque una mesa de consenso", afirmó el líder de uno de los gremios con mejor diálogo con el Gobierno.
El secretario general de la UTA, Roberto Fernández, afirmó que el paro alcanzaba al "cien por ciento" de los trabajadores de su sector y destacó el "alto acatamiento" en todos los sectores de la actividad económica.
Fernández Fernández cuestionó que el Gobierno crea "que un paro es un partido de fútbol" y advirtió que si no da respuesta a las demandas de los sectores laborales, puede haber un nuevo paro antes de diciembre.
Según el jefe sindical de los choferes, "mañana o el jueves, el Gobierno debería llamar a todos a una mesa de conversación" porque -enfatizó- "al país lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie".
Al cruce salió el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica. Sostuvo que "no es un momento oportuno para hacer un paro" y que "de a poco el país se va levantando".
"En términos generalizados tenemos una caída de la economía, pero esa caída va a empezar a desacelerarse hacia fines de año", dijo el funcionario al pedir un poco de “paciencia” porque hay sectores industriales que van a empezar a recuperarse con más rapidez.
El secretario general del Gremio de Dragado y Balizamiento y uno de los jefes de la CGT, Juan Carlos Schmid, analizó que "esta protestas excede a las esferas sindicales, acá hay otros sectores que está protestando de la misma manera que la Confederación General del Trabajo".
Y en línea con Fernández, Schmid prometió que el plan de lucha seguirá en pie. "Si el rumbo económico es este, el conflicto social también va a ser este", avisó uno de los integrantes el triunvirato que conduce la central obrera.