De acuerdo a las anotaciones de Oscar Centeno, exchofer de Roberto Baratta, Cristina Kirchner y Amado Boudou se encontraron a fines de 2010, tras la muerte de Néstor Kirchner, y en esa reunión la expresidenta le mostró un cuaderno donde su marido había anotado las "recaudaciones".
Además, Cristina se mostró molesta en ese encuentro que se dio en la Casa Rosada y que duró aproximadamente una hora y media. Es que la exmandataria reveló una serie de irregularidades en relación a partidas desde organismos públicos como el Ministerio de Planificación, a cargo en ese entonces de Julio De Vido.
La exmandataria le habría confesado a Boudou que iba a terminar con la corrupción que había dejado su marido y habría apuntado a las carteras de Planificación y Transporte, y también habló de la ANSES. Teniendo en cuenta lo que le dijo, el ex vicepresidente le contestó que no tenía relación con esos organismos.
Según Clarín, Cristina le preguntó a Boudou: "¿Vos que tenés, Amado? Decime la verdad". Mientras que el ex vice confesó "el tema de la imprenta Ciccone" y reconoció que "con Néstor habíamos arreglado que se la quitábamos a Boldt (es una de las compañías más grandes del negocio del juego)".
En tanto, Boudou le habría explicado a Cristina que había una inversora belga que se haría cargo de la calcográfica. Se trataba de The Old Fund, liderada por Alejandro Vandenbroele, quien fue condenado este martes a dos años de prisión en suspenso en el juicio por Ciccone.
Pese a la denuncias por las irregularidades en su venta, el Gobierno kirchnerista estatizó la compañía, que imprimió 410 millones de billetes de $ 100, a un costo de $ 160 millones.