El Banco Central definió hoy cambiar la tasa de política monetaria, al pasar de la de pases a la de las Leliq, y mantuvo el nivel en el 40%, contra la mayoría de los pronósticos del mercado que aguardaban el inicio de un descenso progresivo.
La decisión de cambiar de instrumento fue realizada en medio de un reordenamiento de la política monetaria ordenado por Luis Caputo, quien desde hace dos meses está conduciendo a la autoridad monetaria después de varios traspié de su antecesor, Federico Sturzenegger.
El Comité de Política Monetaria (COPOM) resolvió por unanimidad definir la tasa de Letras de Liquidez (LELIQ) a 7 días como la nueva tasa de política monetaria y fijarla en 40%.
De esta forma, las decisiones de la autoridad monetaria se concentrarán en un instrumento cuya influencia operativa será cada vez mayor en un contexto de reducción gradual del stock de LEBAC, comunicó la entidad.
El BCRA ratificó además que mantendrá el sesgo contractivo de la política monetaria hasta que la trayectoria de la inflación se alinee con la meta establecida para 2019.
El escenario que justifica la decisión de política monetaria se resume en las siguientes consideraciones:
1) La inflación de junio se aceleró más de lo previsto, alcanzando un ritmo del 29,5% interanual.
2) En términos de actividad económica, se espera que la normalización, tanto de la producción agrícola como de los mercados financieros, irá contribuyendo gradualmente a su recuperación. Esto puede tardar algunos meses.
3) El resultado fiscal del primer semestre mostró un déficit primario de 0,9% del PBI, arrojando una baja con respecto al 1,4% de igual período de 2017 y un sobrecumplimiento de 0,2% del PIB con respecto a la meta fiscal de 1,1% para el período.
4) En cuanto a la disponibilidad de dinero, el circulante más los depósitos privados crecieron 21,1% en términos interanuales según información al 2 de agosto, significativamente inferior a la inflación de los últimos 12 meses.
El Banco Central reconoció que, si bien el escenario base de las proyecciones indica que la inflación núcleo de agosto, septiembre y octubre se ubicará por debajo de los registros de julio, se requiere un período más prolongado de estabilidad financiera para alejar los riesgos de un traspaso mayor al previsto del tipo de cambio a los precios minoristas.
El COPOM también entiende que un sendero decreciente del gasto público real, sumado al compromiso asumido por el BCRA de no financiar más al Tesoro y los esfuerzos que se están llevando a cabo para reducir el exceso de liquidez del sistema, debieran comenzar a colaborar en la contención inflacionaria, aunque resulta prematuro ponderar estos beneficios en la coyuntura actual.