Una nueva denuncia por corrupción contra el kirchnerismo desató un escándalo de proporciones mayúsculas. Todo comenzó a partir de las anotaciones de Oscar Centeno, quien era el chofer de Roberto Baratta, ex número dos de Julio De Vido. En las mismas, se revelan supuestos pagos de coimas en la obra pública durante las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner.
Centeno recopiló toda la información en ocho cuadernos, que se transformaron en los grandes protagonistas del caso. Sin importar si eran hojas cuadriculadas o rayadas, el denunciante eligió tres anotadores de marca Gloria, tres América, uno Rivadavia y un block Convenor.
Los que más ruido hicieron en las redes sociales fueron los Gloria, una de las líneas más económicas del mercado. Son simples, no tienen marcadores entre sus páginas y casi todos los argentinos alguna vez los usaron en la escuela o universidad. El exchofer de Baratta utilizó sus hojas para escribir nombres, montos, domicilios y empresas vinculadas teóricamente a la red de sobornos.
Estos cuadernillos se pueden conseguir a un precio que oscila entre los 15 y los 20 pesos. Son propiedad de Ledesma S.A.A.I, una empresa agroindustrial de capitales argentinos, con base en la localidad jujeña de Libertador General San Martín.
La compañía fue creada a principios del siglo XX como un ingenio azucarero, pero lentamente comenzó a diversificar sus actividades. Actualmente emplea a más de siete mil trabajadores, varios de ellos en la Fábrica de Cuadernos y Repuestos ubicada en Villa Mercedes, San Luis. Además de los Éxito, de allí salen los populares Gloria, que en las últimas horas "provocaron" la detención de 13 ex funcionarios y empresarios vinculados al pago de coimas.