Gérard Depardieu: El placer de la vida está en la intensidad

En esta charla aclara sus críticas al vino argentino, destroza a la televisión y reflexiona sobre el extraño estado del mundo en que vivimos. 

Gérard Depardieu: El placer de la vida está en la intensidad
Gerard Depardieu

Llega agitado y refunfuñando al hotel donde se produce el encuentro con Rumbos. Es inmenso, parece el Yeti, es pura imagen Gérard Depardieu. Está unos metros más allá, de pie, gesticulando de manera ampulosa. No se le escucha bien, pero a simple vista el actor francés, de 68 años, parece un calentón entrañable y maravilloso, nada que ver con lo que uno podría imaginar de una estrella francesa con casi doscientas películas en sus espaldas. No es un divo, tampoco se comporta como una estrella altanera, ni siquiera parece registrar lo que representa.

Acalorado, pero también sobreexcitado, pide algo fresco y enciende un cigarrillo en una sala de reuniones donde… no se puede fumar.

Gérard, ¿querés aclarar la primera polémica alrededor tuyo? Dijiste que los vinos argentinos no te gustan. ¿Por qué?

Porque son pesados, a mí me caen medio indigestos. Me hubiera gustado encontrar un chardonnay liviano, a 12 grados. Lo siento, pero creo que en Francia están los mejores vinos del mundo.

¿Por eso vendiste unas fincas de malbec que tenías en Mendoza?

(Sonríe sobrador.) No por eso, sino que las vendí porque tuve la posibilidad de ofrecérselas a un amigo y socio con quien las habíamos comprado. Pero no creo que sea malo el vino argentino, sino que a mí me cuesta saborearlo.

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