Los choques dejaron como saldo dos muertos en Masaya, que se suman así a la lista 280 en tres meses. Masaya era la última de las ciudades en resistir a las fuerzas gubernamentales desde el comienzo de las protestas en abril buscando la renuncia de Ortega.
El epicentro de los enfrentamientos se dio específicamente en el barrio indígena Monimbó. Por la noche el gobierno festejó la liberación de Masaya, mostrando las calles liberadas de bloqueos y barricadas.
Los pobladores señalaron que más de mil hombres fuertemente armados con ametralladoras entraron disparando a mansalva en esa ciudad de 100.000 habitantes, ubicada 30 km al sur de la capital.
Esto ocurrió un día después de los llamados a trabajar por la paz de 13 países latinoamericanos, Estados Unidos y Antonio Guterres, secretario general de la ONU, a los que se sumó la Unión Europea.
En medio de los enfrentamientos, el nuncio apostólico de Nicaragua, Stanislaw Waldemar Sommertag, llamó al gobierno y a los opositores a una tregua y a dialogar. En Estados Unidos, el secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri, pidió "enérgicamente" a Ortega que detuviera el ataque a Masaya.
"La continua violencia y derramamiento de sangre promovidos por el gobierno en Nicaragua deben cesar inmediatamente. El mundo está observando", escribió Palmieri el mismo día en Twitter.
La acción de las fuerzas gubernamentales forma parte de la llamada "operación limpieza" que policías y paramilitares iniciaron semanas atrás para desalojar de las calles a los manifestantes que exigen la salida del poder de Ortega, un exguerrillero izquierdista de 72 años que gobierna desde 2007.
La policía tiene "el compromiso de limpiar los tranques -bloqueos de vías- a nivel nacional al costo que sea", dijo horas antes de los ataques el jefe de la policía de Masaya, Ramón Avellán.
Masaya se había declarado en rebeldía contra el gobierno desde que estallaron el 18 de abril las protestas antigubernamentales que reclaman la salida del gobierno de Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
El exvicepresidente de Estados Unidos Joe Biden pidió a la comunidad internacional aislar al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, porque son los responsables de la violencia que según organismos humanitarios ha dejado más de 350 muertos.
Así lo expresó en una entrevista con el canal NTN24 de televisión de Colombia al fijar su posición frente al tema de Nicaragua. Biden participó en una conferencia de la Cumbre Concordia Américas 2018, que se realizó en el centro de Convenciones Ágora de Bogotá y que finalizó el día 17.
La policía, elementos armados y otros grupos violentos quitaron por la fuerza las barricadas erigidas por los manifestantes y las comunidades locales. Al menos 12 personas perdieron la vida durante el fin de semana, incluidas dos cuando se efectuaron disparos en la Iglesia Divina Misericordia en Managua, donde manifestantes estudiantiles buscaron refugio después de que las instalaciones de la universidad que habían estado ocupando fueron atacadas.
La violencia, que hasta la fecha ha dejado aproximadamente 280 personas muertas y 1830 heridas, ha sido fundamentalmente perpetrada por el Estado y por elementos armados progubernamentales. Entre los fallecidos se encuentran al menos 19 agentes de policía.