Después de seis años, la capital italiana amaneció este lunes cubierta por una gruesa capa de nieve que cayó sobre casi toda la península por la llegada del Burián, un viento frío que sopla desde la Siberia rusa. Por esa razón no hay clases se registran fuertes demoras en el transporte metropolitano.
Con todas las escuelas cerradas por una orden que la municipalidad local emitió a última hora del domingo, los romanos iniciaron los dos días con temperaturas previstas de hasta 8 grados bajo cero con una capa de hasta cuatro centímetros de nieve en toda la ciudad eterna.
El Coliseo está cerrado por razones de seguridad.