El clima de tensión por las protestas populares no paró este lunes de crecer en Irán con una multiplicación de manifestaciones en el territorio y un saldo de muertos que alcanzó al menos las 12 personas, según informó la televisión pública, en medio de un contexto de falta de información, imágenes de desmanes y fuertes advertencias de las autoridades.
Al mismo tiempo que las protestas se repetían por quinto día consecutivo, el presidente iraní, Hasan Rohani, habló a la nación por segundo día y reconoció el derecho de los manifestantes a salir a las calles, pero destacó que deben hacerlo de manera ordenada y sin desmanes.
"Los problemas de la gente no son simplemente de naturaleza económica. Están pidiendo más libertades", aseguró el mandatario durante una reunión de emergencia, hablándole directamente a los sectores liberales de las protestas que reclaman reformas culturales y políticas, y no sólo una mejora económica.
Pese a que líderes y medios occidentales le imprimieron un tono liberal a esta poco común ola de protestas -en el país no se veían manifestaciones así desde la crisis poselectoral de 2009-, el movimiento en las calles comenzó el jueves pasado en la ciudad religiosa de Mashad, uno de los bastiones del principal rival electoral del presidente Rohani, el conservador Ibrahim Raisi.
Por eso, mientras algunos manifestantes en algunas partes del país critican la política exterior del presidente reformista y su involucramiento en ciertos conflictos en la región - con gritos de "Muerte a Rohani", "Olviden Palestina" y "Ni Gaza, ni Líbano, mi vida por Irán"-; otros se concentraron en reclamar contra el aumento vertiginoso de los precios de productos básicos, el alto desempleo y la desigualdad económica.
La inflación se mantiene en un 10% anual en el país; sin embargo, algunos productos básicos aumentaron tres o cuatro veces más y el desempleo volvió a crecer por tercer consecutivo y alcanzó un 12,7%, según el Banco Mundial.
El gobierno de Rohani no desplegó aún las fuerzas de seguridad más represivas, pero sí está bloqueando la información sobre las protestas en las redes sociales -según la televisión pública, Instagram y Telegram fueron bloqueados "para mantener la paz" en el país- y varios funcionarios ya exigieron públicamente una reacción dura contra los manifestantes.