¿Cómo se sigue después de un disco tan catártico, tan intenso como fue "Tu Mano" (2015)? Allí, Luciano Pereyra lo había exteriorizado todo: la angustia, el miedo y la alegría vividos en esa seguidilla de internaciones que lo tuvo un tiempo alejado de los estudios, los escenarios y la música para tenerlo rodeado de médicos, análisis y diagnósticos. El corazón hecho canciones y luego, el vacío... O tal vez no.
"Volver a cero es buenísimo", afirma a La Razón el cantante de Luján que después de recuperar su salud y su carrera ahora supo reinventarse con una placa que salió a la luz en septiembre y en tres meses pasó a ser un nuevo suceso que lo tiene cerrando el año con un récord de 16 shows en el teatro Gran Rex y una gira por el interior del país con entradas agotadas en cada destino. "Después de 'Tu mano' y toda esa carga emotiva dije: 'bueno vamos a ver qué pasa' y el viento me llevó por estos lugares musicales", explica Luciano que, lejos de intentar repetir una fórmula, hizo un bollo su pasado y lo revoleó a un destino incierto con un disco en el que se sumerge en nuevos ritmos y le canta al amor pero sin tanta introspección.
"La vida al viento" salió en septiembre y hoy vivís esta locura de 16 shows seguidos ¿cómo lo tomaste?
Vos lo dijiste: una locura. Lo tomo con una felicidad absoluta, ya me emociona hacer un recital en el Gran Rex y de repente hacer 16 y en tan poco tiempo... Estoy felizmente sorprendido.
¿Imaginabas algo así?
No, en realidad decíamos de hacer uno o dos, que en general es eso lo que hago. Mi máximo habían sido seis y jamás había pensado en esto, es que la verdad yo no hago un disco pensando en giras o shows, lo hago porque me gusta hacer canciones y tocar, pero nos tuvimos que acomodar a semejante pedido de la gente.
¿Se puede explicar?
No sé... (piensa). Lo defino como un trabajo. Hace 20 años que hago música y trabajo mucho. No creo en la suerte, le meto mucha dedicación y entrego mi vida a esto.
¿Llega a cansar tanto show seguido?
No todos los shows son iguales, porque más allá de que se repiten los temas no es siempre la misma gente, hay mucha energía diferente y siempre terminan siendo emotivos. Además, a medida que repetís una canción te vas enamorando del tema, en vivo son distintos al estudio y hace falta ir tomando confianza, me voy enamorando día a día.
¿A pesar de tu experiencia necesitás tomar confianza con las canciones?
Sí, sería muy feo entrar en una zona de confort y relajarme. Yo necesito desafíos y encontrar cosas nuevas, no creo en las cosas de taquito y sin ensayo.
Has mencionado que tus problemas de salud te hicieron cambiar la cabeza. ¿A la hora de componer también?
Parece trillado pero hay cosas pequeñas que son clave, como el aire que necesitamos para vivir. Esas pequeñas cosas para mí son las importantes en este momento de mi vida y trato de no pensar en un futuro porque si no me olvido de vivir y disfrutar lo que me pasa ahora. A la hora de componer todo lo que me sucede, sea bueno o malo, para mí significa vivir y creo que parte del crecimiento para componer te lo da vivir el día a día. Así que cómo no voy a querer vivir cosas nuevas, aunque sean malas, todo me sirven para expresarme luego con la música y yo estoy abierto a vivir todo. Lo bueno lo disfruto, lo malo trato de llevarlo de la mejor manera posible y, pueda o no, siempre trato de sacar un resultado positivo.
En este disco también mezclás tus clásicos sonidos con otros géneros latinos y urbanos.
Es una forma de ir regando la raíz del folclore y acomodarme a lo que suena hoy. Vas a una fiesta o en el auto y escuchás distintos géneros, por qué no sumarse a todo eso. Hoy hay una música más globalizada y se ha perdido eso de juzgar y de que no se pueda hacer otro sonido. Si sólo hiciera lo mismo es como que un pintor tenga un solo color.
A veces el público no quiere tantos cambios....
No creo que sea así, eso es parte de los medios que dicen que no se puede cambiar. Yo voy a Cosquín y canto de todo. En Villa María toca Maluma, Axel y Lali. Hoy se mezcla todo en un teléfono, entonces por qué le vas a exigir a un artista que no mezcle, sería limitarnos. Creo que perdió fuerza esa idea, quedó viejo.
El gran momento de Luciano, que incluye los shows de esta noche, mañana y el viernes para cerrar su exitoso paso por el Gran Rex se coronó cuando recibió la mención como Personalidad destacada de la cultura porteña. “Es más raro eso, qué querés que te diga”, comenta un poco en broma y un poco en serio. “No esperaba un reconocimiento así pero de repente el público te lo da y es muy importante. Lo más lindo fue ver la cara de felicidad de mis padres.
¿Cómo te afecta esto de conmover tanto a la gente? ¿Es fácil controlar al ego?
Mirá, a mí me gusta mucho irme de gira porque también me gusta volver a casa. Amo estar con la familia y cuando se baja el telón ya no trabajo y todo eso se apaga. Es fabuloso el reconocimiento y el cable a tierra es la familia y saber cuándo es trabajo y cuándo no. No perder el asado con mis amigos, el fútbol de siempre, salir a correr, para mi toda esa rutina es fundamental. Tal vez mañana no haga 16 Gran Rex y por eso trato de disfrutar todo. Quiero seguir disfrutanto y para eso sigo trabajando, entrenando y estudiando.
Esta noche, desde las 21, Luciano Pereyra inicia su última serie de tres shows para totalizar 16 recitales en el Teatro Gran Rex con la presentación de su disco "La vida al viento". Mañana y el viernes será la despedida.