Kim Wall era una periodista sueca que estuvo más de once días desaparecida. Tras el hallazgo de su cadáver en el mar Báltico, los investigadores intentan determinar cómo fueron las últimas horas de vida de la joven profesional de 30 años.
La profesional se había reunido con Peter Madsen, un constructor de submarinos, para realizarle una nota sobre su labor. Sin embargo, nunca regresó.
"El torso fue lastrado con el objetivo manifiesto de que permanezca al fondo del agua y ciertas heridas hacen pensar en una tentativa de asegurarse de que el aire y los gases pudieran escapar del cuerpo para que no subiera a la superficie", declaró un responsable de la policía de Dinamarca. Luego, agregó: "La cabeza y los miembros fueron cercenados voluntariamente"
El principal sospechoso del crimen, Peter Madsen, fue el último que vio a la periodista con vida y en sus declaraciones no deja de cambiar su versión de los hechos, desconcertando a los especialistas.
En un primer momento, afirmó haber dejado a la joven en la punta de la isla de Refshaleoen, en Copenhague, la noche del 10 de agosto. Poco después, ante la presión policial, terminó por reconocer que "hubo un accidente a bordo que provocó la muerte de Wall y que había tirado su cuerpo al agua en un sitio indeterminado de la bahía de Koge", a unos 50 kilómetros al sur de la capital danesa. En estas horas, volverá a ser interrogado.