El ministro de Economía, Martín Guzmán, presentará entre este miércoles y jueves ante la Comisión de Valores de los Estados Unidos una oferta de renegociación de la deuda externa en dólares emitida bajo ley extranjera a los acreedores privados, buscando refinanciar casi 69.000 millones de dólares.
Guzmán guarda la propuesta bajo un gran hermetismo. Pero estrechos colaboradores suyos dijeron a este diario que “de seguro será esta semana”. Señalaron que el objetivo era presentarla el miércoles, pero podría estirarse hasta el jueves”.
En el Gobierno esperan una negociación que no se extienda más allá de mayo. Tienen a la vista un pago de 503 millones de dólares que debería hacerse el 22 de abril. Y se pretende sortear ese vencimiento para proteger reservas internacionales.
Pero como el escenario financiero internacional está convulsionado por el Covid-19 y en crisis, Guzmán analiza varias opciones para el pago que se viene. Podría pagar para dar una señal amistosa o no hacerlo, para mostrar dureza. La decisión aún no fue tomada y todo dependerá del pulso de las negociaciones que se iniciarán en las próximas horas.
Si el Gobierno no paga el 22 no habrá un default instantáneo, porque los bonos en cuestión -Bonar 21, Bonar 26 y Bonar 46- tienen por contrato un plazo de gracia de un mes, por lo que la situación se estiraría hasta el 22 de mayo.
El último guiño que se esperaba del Fondo Monetario Internacional (FMI) para encarar esta negociación llegó el martes en el informe semestral "World Economic Outlook", bajo el título "El Gran Aislamiento", por la situación de pandemia.
En ese informe, el organismo dio a conocer sus proyecciones para la Argentina sobre PBI en 2020 y 2021, pero no dio precisiones sobre el saldo de la cuenta corriente e inflación, datos clave para los acreedores.
Así, el Fondo dejó que los acreedores se atengan a los pronósticos que forman parte de la oferta que les hará Guzmán. En este caso, el silencio fue una ayuda para el Gobierno. Aunque también cuenta el interés de parte del Fondo, que también quiere cobrar en algún momento.
En el Gobierno admiten que la pandemia todo lo cambió. En principio, el objetivo era cerrar el capítulo de la deuda el 30 de marzo. Y se pretendía llegar a esa instancia con un nuevo acuerdo ya sellado también con el FMI. Pero no se pudo, ni una cosa ni la otra.
Las complicaciones para llegar hasta aquí fueron reconocidas el fin de semana por el presidente Alberto Fernández, quien confirmó la presentación de la oferta e indico que la pandemia de coronavirus había complicado el escenario para las negociaciones.
Si bien la oferta de Guzmán será ante la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en Inglés), un minuto después ya estará en manos los acreedores, entre los que se encuentran los grandes fondos comunes de inversión BlackRock, Templeton, Fidelity y Gramercy Funds.
Con ellos será la pulseada final por los 68.842,5 millones de dólares que el gobierno busca patear. Según trascendidos del mercado financiero, los fondos estarían dispuestos a darle tiempo a la Argentina, pero no estarían de acuerdo con aceptar una quita agresiva.
Así las cosas, cuanto más plazo pida Guzmán, menos quita será aceptada por los fondos, que se rigen por estatutos internos en los que se especifica cuánto pueden aceptar de recorte en una negociación: en ninguno caso la pérdida puede superar el 50%.
La agencia Moody's rebajó recientemente la calificación de la Argentina como emisor de deuda en moneda local y extranjera a largo plazo al considerar que “los acreedores privados probablemente incurrirán en pérdidas sustanciales en el actual proceso de reestructuración de la deuda”.
Los bonos en dólares con vencimiento en abril de 2021 vienen registrando una caída del 45 por ciento desde principios de marzo y ahora los precios se ubican en torno a los 30 centavos por dólar. Señal de que los inversores ya prevén un fracaso en la renegociación y una nueva cesación de pagos.
Por la corresponsalía de Buenos Aires.