La Policía española informó que la pareja de argentinos detenida por repartir pizzas caseras "tenían mucho éxito y eran muy conocidos". Lo afirmó el vocero de la fuerza, Serafín Giraldo, quien agregó que "se trató más de un problema de burocracia que de sanidad, porque no hubo gente intoxicada".
"Habían creado una empresa en el garaje de su casa, en la comarca de Azuara (Zaragoza). Tenían congeladores, maquinas de etiquetado y hasta su propio logo y nombre: se llamaba Pizza Aragón", contó Giraldo en declaraciones a TN.
Y señaló: "Llegaron a repartir en 50 comercios de todo el país. Llevaban unos cuantos años y en la zona eran muy conocidos".
Sobre la situación judicial de los argentinos, Giraldo manifestó que "se encuentran en libertad provisional en espera del juicio" y que "no pesa sobre ellos ninguna orden de expulsión ni se inició ninguna".
"Muchas veces la burocracia necesaria para abrir un negocio llega hasta el aburrimiento para alguien que quiere hacerlo. La verdad es que en las administraciones públicas la burocracia necesaria es tremenda", sentenció.
Efectivos del Seprona de la Guardia Civil detuvieron a un matrimonio argentino tras descubrir que se dedicaba a elaborar y comercializar a través de internet pizzas clandestinas.
El 14 de enero el Seprona de Zaragoza recibió una comunicación de la Subdirección Provincial de Salud Pública que informaba de la detección, a través de los Servicios Veterinarios Oficiales de Zona, de pizzas elaboradas y comercializadas presuntamente de forma clandestina.
Por estos hechos, en la mañana del 6 de febrero se realizó un registro en el domicilio de Azuara, donde se encontraron un horno de grandes dimensiones, una máquina amasadora, dos mesas de trabajo, dos envasadoras de vacío, dos congeladores, cuatro frigoríficos, numerosos rollos de etiquetado, bandejas de trabajo, útiles para la elaboración de pizzas, bolsas de envasado de pizzas, bolsas isotérmicas para transporte, materia prima, así como equipos electrónicos e informáticos.