Cinco años se cumplieron de la muerte del fiscal Alberto Nisman, y la Justicia trabaja ahora con nueva evidencia que vincula a Diego Lagomarsino, el técnico informático que trabajaba para Nisman y quien le "prestó" el arma que le quitó la vida, con los servicios de inteligencia de la ex SIDE.
Según publicó Clarín, el juez Julián Ercolini y el fiscal Eduardo Taiano se basan para esta conjetura en el peritaje sobre más de 200 equipos electrónicos que fueron secuestrados durante la investigación: teléfonos, computadoras, discos rígidos y tableta que pertenecían a Lagomarsino y a Nisman.
Entre lo encontrado hay "grabaciones telefónicas en causas penales, puntualmente en la causa de Ciro James por escuchas", dijeron fuentes judiciales, y la pregunta que surge es por qué tenía el técnico esa información en su computadora. La causa de James vinculó a Mauricio Macri con el espionaje ilegal, cuando el expresidente era jefe de Gobierno de la Ciudad. Fue procesado y luego sobreseído cuando asumió como presidente.
También encontraron, en otro disco, dos informes de la denuncia de Nisman contra Cristina Kirchner por el pacto con Irán. Ambos archivos habían sido ejecutados por última vez el 11 y 12 de enero de 2015, unos días antes de la muerte del fiscal, el 18 de enero.
La Justicia también detectó que Lagomarsino tenía acceso remoto a los dispositivos de Nisman. En principio, para resolver problemas técnicos, pero existe la sospecha de que se quedaba con información. Por eso se ordenó un entrecruzamiento entre ambas máquinas.
También se encontró en estos peritajes que fue Lagomarsino el que inició el contacto con Nisman el sábado 17 de enero, cuando el fiscal le pide el arma. Sin embargo, el técnico lo niega y asegura que fue Nisman quien lo contactó.
Estos cruzamientos de llamados telefónicos hurgan en los nexos de Lagomarsino con los servicios de inteligencia. El viernes Clarín reveló que el teléfono de un espía de la ex SIDE se comunicó 27 veces con funcionarios de inteligencia y fue captado por una antena de telefonía ubicada a una cuadra de la casa de Lagomarsino, en Martínez.
Los llamados habrían comenzado cuando el fiscal ya estaba muerto, pero el teléfono se desconectó minutos antes de que hallaran su cadáver.
A estas vinculaciones se suma el testimonio de Marcelo Saín, ex interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, hoy titular de Seguridad en Santa Fe, quien dijo haber reconocido a Lagomarsino como un espía que le habían presentado en 2005.
Sobre el movimiento de las líneas telefónicas, “se logró verificar las diferencias en el volumen de comunicaciones entre el día 17 y el día 18 de enero de 2015, un porcentaje altísimo de ellas varias horas antes de que el personal policial encontrara en el baño de su departamento, el cuerpo sin vida del fiscal”, dijeron fuentes de la causa.
También hablaron de “conversaciones tripartitas -es decir, tres interlocutores interviniendo en una misma conversación- o de una misma persona manteniendo comunicaciones al mismo tiempo con dos interlocutores distintos a través de dos abonados diferentes, la ubicación geográfica del usuario y movimientos o traslados”.
Después de entrecruzar 45.000 llamados se detectó un "llamativo movimiento" entre el 16 y el 19 de enero de 2015. "Se trata de registros que no son habituales en los abonados investigados y se busca determinar por qué se produjeron esas comunicaciones".
Para el juez Ercolini no hay dudas de que Lagomarsino fue parte del plan para matar a Nisman. En la resolución del procesamiento del técnico, el magistrado repasa los movimientos en el departamento del fiscal el sábado 17 de enero, último día en que se lo vio con vida: quien más ingresos tuvo fue el técnico informático, la última vez con el arma Bersa.
Mientras, el fiscal Eduardo Taiano ponderó como un vehículo facilitador la "relación de confianza" que existía entre los dos hombres.