Los padres suelen tener discusiones con sus hijos por las horas que pasan frente a una pantalla jugando a videojuegos. Pero no es el caso del estadounidense David Herzog, que sacó del colegio a su hijo Jordan para que se dedique al Fortnite.
Jordan, más conocido como "Crimz", tiene 16 años y el año pasado dejó la Escuela Secundaria Regional Lincoln-Sudbury para tener más tiempo para perfeccionarse en los videojuegos.
"Solo quiero ganar el suficiente dinero para no tener que trabajar el resto de mi vida", aseguró el joven en una entrevista con el diario Boston Globe.
"Crimz" se educa a distancia, en una decisión que cuenta con el apoyo su padre. De hecho, el hombre contó que invirtió cerca de 30.000 dólares para que su hijo tenga la mejor tecnología posible para las partidas en Fortnite y pueda codearse con los profesionales.
"Le he educado para esto", aclaró Dave, que le enseñó a Jordan a jugar videojuegos desde los tres años.
Jordan pasa entre ocho y diez horas jugando al título de supervivencia que desarrolla Epic Games, aunque a veces se convierten en 14. Y al parecer, su constancia está dando frutos ya que se clasificó a las instancias finales del Mundial de Fortnite, que por estos días se desarrolla en Nueva York.