Diego Scianca de la localidad de Brinkmann emprendió su travesía el día sábado después del medio día en soledad, con una bicicleta mountain bike (bici de montaña), la cual le adaptó un espejito y un portaequipaje de una bici vieja, donde recorrió por siete días las rutas y caminos de tierras de Reconquista, Santa Fe y Paraná, haciendo 997 kilómetros. En la entrevista para La Radio 102.9, el biciviajero contó como lo logró.
“Desde acá hasta Reconquista en un par de etapas, la mayoría camino de tierra hasta que llegue a Reconquista tuve que cruzar en lancha el Paraná que es el único medio que hay, y estando del otro lado, en Corrientes, de ahí me moví de Goya hasta Esquina. Después bajé de Esquina casi hasta Cerrito y de ahí Paraná, Santa Fe, Esperanza y después de nuevo en casa”, relató.
También comentó: “Estuve en muchos lugares muy agrestes donde haces kilómetros y kilómetros no tenés señal, no tenés luz eléctrica. Medio complicado, pero la gente muy amable”.
Emprendiendo viaje: equipaje, hospedaje y clima.
Diego expresó que el viaje lo venía planificando desde hace mucho tiempo, tres o cuatro años, la programación fue bastante difícil, pero que ya anteriormente había hecho otras travesías similares. En esta trayectoria, los recorridos los hizo durante el día, comenzó a las ocho o nueve de la mañana y paraba a dormir temprano por la noche.
El trayecto más corto en un día fue de 40 kilómetros, mientras que el más largo 182. Al llegar la noche y buscar un lugar para descansar se hospedaba en campings, una sola noche en una posada, y diferentes contactos que le fueron dando hospedaje.
Con respecto al equipaje, “El equipaje mío, consistía en dos mudas de ropa, la puesta y una más, un toallón, artículos de higiene personal y una bolsa de dormir, y después por supuesto la cantimplora una cámara de repuesto, inflador y demás”, contó.
En relación con la comida, agregó: “Donde había un lugar posible me instalaba, desde fiambres, hasta una comida elaborada, me fui arreglando bastante bien en términos generales”.
El clima lo acompaño en la travesía, lo que la hizo aún más agradable, sobre todo al recorrer los caminos de tierra, saliendo de Brinkmann con viento sur a favor. “Salió todo redondo, bárbaro”, expresó.
Y por último agregó, el biciviajero: “Es una experiencia muy linda más allá de la parte del deporte lo saludable que es, esta muy buena”.