Ansenuza: el majestuoso vuelo de los flamencos captado como nunca

Para quienes tratamos de ser difusores de los encantos naturales de la región de Ansenuza, describir lugares asombrosos es el objetivo primordial, imágenes fotográficas, videos y un buen relato pueden colaborar con la misión que no debería ser difícil cuando se trata de un ámbito que conocemos por haberlo frecuentado.

Este fin de semana nos vimos maravillados con una postal que ratifica la riqueza natural de este ámbito que espera ser reconocido definitivamente como Parque Nacional y que, sin títulos ni diplomas, demuestra su esplendor no solo paisajístico, sino como reserva ecológica, una de las más importantes del continente.

"Vamos a filmar los flamencos"

Salimos con el equipo de Vía Ansenuza a recorrer un paraje ubicado a la vera del "Mar cordobés" conocido como Loma de Los Indios, ubicado a unos ocho kilómetros al sureste de la localidad de Miramar de Ansenuza, un encantador lugar rodeado de naturaleza donde se encuentra un mirador de aves y por el que se puede acceder sin dificultad a un sector de playa rodeado de vegetación autóctona, muy cerca de la desembocadura del rio Xanaes.

No es la primera vez que vamos, ya que es un sitio frecuente de visitas para aficionados a la naturaleza o como recorrido recreativo, aunque esta vez advertidos de que nos íbamos a encontrar con muchos  flamencos, ave emblemática de la Región que habitualmente se observa en pequeños asentamientos en el lugar.

Pero esta vez nos vimos sorprendidos por la majestuosidad de un paisaje que en pocos días cambió casi totalmente, caras y expresiones de asombro no faltaron al descubrir que los ejemplares "eran miles, incontables" divididos en grupos que manchaban de rosado las aguas de la laguna, hasta donde la vista nos dejaba ver.

Volamos con ellos

Con la ayuda de un drone, parte del equipo que habitualmente usamos, pudimos lograr imágenes increíbles de estas aves, acercándonos con cuidado a sus puntos de asentamiento, eran las últimas horas de la tarde y se podía observar que poco a poco emprendían el vuelo de este sector que por el aporte del rio ofrece alimento.

La majestuosidad de sus alas abiertas en vuelo, con fuertes tonalidades de rojos y negros decorando el rosado característico del Flamenco Austral, sumado a la delicadeza de sus movimientos, despertó nuestro asombro al poder verlo tan de cerca, por momentos sentíamos que volábamos con ellos.

Regresamos más comprometidos

Vivir en primera persona tanta belleza y sentir que ese delicado ecosistema depende en mucho de la acción humana para su conservación, fortaleció el sentido de nuestra misión de difusión de este ambiente que es literalmente "nuestra casa", con la finalidad de generar conciencia al respecto para quienes la habitamos y quienes la visiten. Se quiere aún más lo que se conoce.