Este fin de semana un grupo de buzos y biológos de Ushuaia conjuntamente con miembros de Prefectura Nacional Argentina (PNA), pudieron liberar a una ballena jorobada que se encontraba atrapada con los cabos de una trampa de centollas a unos 45 minutos (navegación) de la ciudad, en el Canal de Beagle.
La odisea del rescate fue narrada por Mariano Rodríguez, un buzo científico y fotográfo submarino ushuaiense, quien contó en detalle lo sucedido en un post de Facebook.
Según lo descripto por Mariano “el martes 23 a las 18:45 horas, mientras estaba por empezar a entrenar en el muro de escalada, recibí un mensaje de Javier Siede que me comenta que había una ballena Jorobada enredada con cabos de trampas de centolla y que se estaba armando un grupo de gente para intentar rescatarla, sin dudarlo me puse a disposición. Enseguida se armó un grupo de WhatsApp con varios integrantes para coordinar tareas”.
Además contó que Anita San Martín, bióloga del Cadic-Conicet era la encargada de coordinar toda la operación.
“La salida ese martes se suspendió por ser muy tarde y quedamos a la espera de novedades al día siguiente. El miércoles temprano el clima era bastante malo y salió gente de Prefectura, Cadic y Recursos Naturales para evaluar la situación. Durante el miércoles y jueves los buzos Carlos Giugia, Mariano Monsalve y Micky Porco Fischer, junto a otros buzos de PNA, intentaron varias veces liberarla pero el ballenato estaba muy activo y se sumergía mucho tiempo sin poder tener acceso al cabo el tiempo suficiente, sumado a las condiciones inestables del clima que hacían la operación más difícil y peligrosa”, detalló Mariano.
Y manifestó que esa complejidad del rescate se debía a que “el cabo estaba enredado en la boca de la ballena y le impedía desplazarse libremente, solo podía moverse en un radio de 200 metros porque estaba unido a unas trampas de centolla unos 30/40 mts más abajo”.
“Finalmente, y con condiciones meteorólogicas a favor, zarpamos el día viernes a las 8:45 de la mañana desde el Club Naútico Afasyn en el velero de Micky Fischer y en un gomón de Nacho Marino, a su vez un grupo de prefectura hizo lo mismo. Al arribar al lugar pudimos ver qué el ballenato estaba con vida y se mantenía en superficie más tiempo de lo normal. Enseguida nos pusimos el equipo y nos subimos al bote, todo fue muy rápido” expresó el buzo.
“Cuando la ballena volvió a emerger nos acercamos con cuidado, con Gonzalo Sabatini nos tiramos al agua, la ballena seguía en superficie, por estar muy débil o, como me gusta creer, como si supiera que estábamos ahí para ayudarla. A los poco segundos pudimos ver el cabo y bajar, y en apenas 15 segundos pudimos cortarlo, todo fue ideal y perfecto. La ballena estaba libre” exclamó Rodríguez.
“Luego, ya en superficie, la primera reacción fue gritarles a los compañeros que se pudo cortar el cabo y todos estallamos de alegría. La ballena se sumergió enseguida, libre al fin luego de cuatro días. Finalmente en el velero, todos nos relajamos y felicitamos mutuamente y pudimos empezar a disfrutar de este gran logro colectivo” finalizó el científico.