"Persevera y triunfarás", dice un famoso refrán y parece que Esteban Palazzo lo tomó como lema de vida. El tucumano lleva más de una década partió a Barcelona, ¿por qué? Por perseguir su sueño: estudiar diseño de transportes. Hoy, en Inglaterra, es diseñador estrella de McLaren pero tuvo que recorrer un largo camino.
"En el jardín de infantes me decían que dibuje a mi familia y yo dibujaba una Peugeot 504 rural, enoooorme, y adentro mi familia, chiquitita. Siempre había autos. Un poco patológico", cuenta Palazzo en una entrevista con Clarín. La pasión por los autos está presente en su vida desde la infancia y seguramente fue eso lo que lo impulsó a luchar contra viento y marea para poder diseñar automóviles y vivir de esto.
"Mi primer dibujo fue el Renault 18 con el que corría Juan María Traverso en Rally. Ya desde los 4 o 5 años los autos fueron un magnetismo", detalla quién hoy trabaja para la mítica escudería británica de Fórmula 1.
Desde muy chico tuvo que alejarse de su familia para poder estar mas cerca de sus sueños: "Terminé el secundario y me anoté en Ingeniería Mecánica. Relacioné mecánica con motores. Quería estudiar diseño de automóviles y esa opción no tenía. Y me di cuenta de que lo que quería estudiar se llamaba Diseño de Transporte. Así encontré opciones en Alemania, Estados Unidos e Italia. La opción italiana era la más barata pero me enteré de que era más barato todavía estudiar en la sucursal de Barcelona de esa universidad italiana. Así fue como a los 18 me fui a Barcelona", comenta.
Una vez que finalizó sus estudios se topó con una realidad que no era la que esperaba y siguió alejado del diseño de autos por un tiempo. "Comencé a trabajar como freelance, haciendo diseño gráfico, páginas web, porque ya tenía las herramientas y porque necesitaba comer otra cosa que no sea sólo arroz y atún", destaca. Y cuenta que luego incursionó por el mundo de los barcos: "Una amiga me avisó que buscaban gente en una oficina de diseño de yates. Era un estudio chico, de 10 personas. Así que empecé como practicante y los 2 meses ya me ofrecieron la posibilidad de quedarme a trabajar de modo estable".
"Un dibujito lindo cualquiera lo puede hacer, pero el desafío es que sea fabricable y no te reviente el presupuesto. Por eso hay que ser muy curioso e ir y preguntarles a los que saben. Por ejemplo, yo aprendí de soldadura de aluminio con un inmigrante de japoneses en Tucumán", confieza una de las claves de su progreso.
Después de cuatro años, se mudó a Inglaterra y debía cambiar de trabajo aunque asegura que se "había difuminado un poco el diseño del automóvil en mi horizonte, a pesar de que a la noche en casa yo seguía dibujando autos".
Estaba frustrado por la crisis que atravesaba la industria automotriz donde había mas despidos que empleos pero no bajó los brazos. "Un amigo me avisa que a la universidad en la que estudié iba a ir Frank Stephenson, entonces jefe de diseño de McLaren y creador, entre otras cosas, de las formas del Mini Cooper en su era moderna. Fue en esa conferencia en la que se produce el quiebre de mi carrera".
Ese día Stephenson contó como diseñó el Mini Cooper y en su anécdota menciona que utilizó dos latas de cerveza para la salida del caño de escape ya que horas antes de la entrega del modelo se dio cuenta que le faltaban. Y fue ahí donde el tucumano puso en juego todo su ingenio para que Frank sepa de su existencia: "Le hago seña con la mano para que se acercara donde estaba yo. Primero se sorprende pero finalmente viene. Entonces le digo, con cara de piedra: 'Me llamo Esteban Palazzo, soy abogado y represento a Budweiser. Usted está contando una anécdota en público de un diseño registrado y patentado sin el consentimiento de la compañía. Es una anécdota muy colorida pero usted no puede estar contando esto en público'. Abre grande los ojos y me dice: 'Yo no voy a discutir contigo de esto'. A lo que le respondo: 'Yo tampoco porque no soy abogado'. Inmediatamente se agarra el pecho y me pregunta '¿Pero quién eres?'. Y le cuento lo que hago y me dice: 'Quiero saber más de ti' , y me da su tarjeta personal".
Le envió sus dibujos y estos gustaron por lo que lo llamaron para una entrevista. "El edificio de McLaren es de ciencia ficción", aseguró y confesó que "llegás a un hall en donde están los autos de Fórmula 1 de Senna, de Prost. Y ahí se me aflojaron las piernas". La reunión con Stephenson duró ocho horas: "Caminamos por toda la empresa, me contó cómo funcionaba el edificio y al final, pasadas las 8 horas, me dice: 'Acabo de comprobar que puedo pasar 8 horas con vos. Así que podés empezar a trabajar acá cuando quieras'. Era un sueño", asegura y fue desde ese momento asta la actualidad que sus diseños están enmarcados en esta mítica escudería. Su última creación es un homenaje a Ayrton Senna.