Muchas veces las crisis son una puerta y una posibilidad para un nuevo comienzo. En esta oportunidad vamos a contar la historia de una artesana que logró sortear la crisis por la pandemia, readaptar las formas de trabajo y continuar sus ventas en un momento inédito que afecta a todos los argentinos.
Se trata de Apapachos Tejido Artesanal. Es un microemprendimiento de la ciudad de Lules. Realizan tejidos a mano con la técnica de crochet, con la que su dueña, Mirian Herrera, se dedica a confeccionar piezas únicas de muñecos y accesorios para bebés.
"Somos cinco hermanos, cuatro mujeres y un varón. Cuando éramos chicos mi abuela y mi mamá nos enseñaron a tejer, es algo que está en la familia. Al crecer me perfeccione en la Escuela de Manualidades y fui aprendiendo cosas nuevas pero sin pensar que sería un trabajo", cuenta Mirian a Vía Tucumán.
El proyecto nació un 13 de abril de 2015. "Mis hermanas me impulsaron a empezar a vender. Antes realizaba tejidos pero sólo para amigos o familiares. En ese momento surgió la idea de hacer una cuenta de Facebook y vender por internet y así empecé", explica.
También comentó que el nombre "Apapachos" es una palabra en idioma náhuatl que significa abrazar con el alma y lo interpretan como una forma de expresar cariño a través de sus productos hechos a mano. Con relación a las creaciones explica que ,"en Apapachos hacemos amigurumis (muñecos tejidos) y ropita de bebés. Están íntegramente hechos a mano con materiales de primera calidad y lo mas importante están hechos con mucho amor".
"En los primeros años solo vendíamos a través de internet y por pedido, cada persona retiraba los productos de mi casa. Con el paso del tiempo nos comenzaron a invitar a participar para exponer nuestras creaciones en ferias y festivales de la ciudad", dijo Mirian.
Con la llegada de la cuarentena debido a la pandemia de coronavirus, la vida de todos se vio modificada y los trabajadores independientes fueron de los más afectados, sin embargo Mirian nos cuenta que en familia, ya que cuenta con la ayuda de su esposo Francisco y su hijo Luciano, pudieron adaptarse, valerse de la tecnología y cambiar la forma de venta para seguir trabajando.
"Cómo a todos la cuarentena y la pandemia nos afectó. Pero pudimos adaptarnos. Antes, solo publicamos nuestras artesanías en nuestra página y nuestros clientes retiraban sus pedidos de mi domicilio, pero debido a la pandemia tuvimos que cambiar nuestro sistema de trabajo e implementar el delivery. En ese momento mi esposo comenzó a llevar los pedidos a domicilio, por supuesto respetando los horarios en que podíamos salir", relató.
"Gracias a Dios tuvimos muchos pedidos que nos ayudaron a sobrellevar los tiempos difíciles e incluso estamos trabajando hasta más que antes", concluyó emocionada.