Una joven de 18 años fue brutalmente atacada por su exconcubino. Además de fracturarle la nariz a la madre, golpeó a la hija que tienen en común, de siete meses.
Según el relato de la joven, la expareja se enojó cuando ella decidió marcharse de la casa que compartía y le dijo al chico, que luego regresaría a buscar las pertenencias.
Ese mismo día, el atacante se acercó a donde ella se encontraba y le pidió que retire sus cosas. Con su hija en brazos, la joven fue a la casa y al ingresar, el joven la agarró de los pelos y comenzó a pegarle golpes de puño en el rostro y el estómago.
Cuando la víctima logra soltarse, dejó a su hija sobre la cama y fue ahí cuando la golpeó en la espalda con un hierro. El atacante la tiró al suelo y comenzó a patearla en el rostro y en la cabeza, causándole fractura de nariz.
Además, el agresor le pegó dos cachetazos a la beba porque "no dejaba de llorar".