En pleno juicio, un hombre se sacó el ojo de vidrio que poseía, para demostrar así la violencia que fue ejercida contra él por parte de dos personas (un padre y su hijo) que lo hirieron gravemente dos años atrás, dejándolo al borde de la muerte en Las Termas de Río Hondo.
El móvil fue Verónica Juárez, la exmujer de la víctima llamada Pablo Palavecino. Ambos estuvieron casados hasta su separación, en donde esta mantuvo una relación con uno de los victimarios, Luis Rodolfo. La relación acabó en noviembre de 2016, y en febrero del año posterior fue perpetrado el ataque.
''Primero, me encontré con el hijo en casa de mi ex suegro. Me preguntó por mi nombre. Se lo dije y se fue en moto con una chica. Ahí nomás me llamó el padre por teléfono. 'Te voy a c... matando', me amenazó'', explicó Pablo.
En cuanto a lo ocurrido a principios de 2017, detalló que había escuchado ruidos fuera de su casa, y al salir encontró a ambos individuos en un auto. ''¡El padre me dio un tiro con la escopeta y el hijo se acercó y me dio una puñalada. Cuando estaba en el Hospital sólo le pedí a Dios que me deje llegar vivo a los 15 de mi hija. Porque les juro, sentí que me moría!'', manifestó angustiado.
El mayor de los perpetradores está imputado por ''homicidio en grado de tentativa agravado por el uso de arma de fuego y la participación de un menor de edad''. Además, su hijo enfrenta cargos por ''homicidio en grado de tentativa''. Aún así, la pena máxima que les puede caber a ambos de 10 años al primero y cuatro al segundo.