Cuando comenzó la cuarentena por la pandemia del coronavirus, Jeremías González Ordienco, un niño de 7 años que es alumno de la Escuela N° 99 de Santa Isabel, se quedó en el campo con su familia, ubicado a unos 30 kilómetros al norte de la localidad pampeana, a mas de 300 de Santa Rosa y cerca del límite con Mendoza.
Como en ese predio rural no hay señal de celular pero Jeremías quiere seguir comunicado con su maestra y sus compañeros, se traslada a caballo, acompañado por alguno de sus padres, hasta un predio vecino donde hay una loma que le permite captar la señal.
Sonia Díaz, su maestra, que contó esta historia consiguiendo que se viralizara y trascendiera a los medios nacionales, dice que el niño va hasta la loma día por medio, y allí recibe las consignas escolares y envía las tareas que haya hecho, además de los saludos para la seño, para sus compañeros y hasta videos en donde él es el protagonista excluyente.
La crónica fue difundida en redes sociales por el portal Con el Alma Noticias, en la que la docente relata que el niño le dice: "Desde la loma, seño, ahí tengo señal y puedo hablar con vos", detallando que llega en su caballo "Peludo", sin tener en cuenta el clima, el viento o los días grises, impulsado por la responsabilidad escolar y la evidente necesidad de comunicarse.
Y aunque la de Jeremías parece una historia muy particular, es algo que se replica en otros alumnos que están en la zona rural donde el sacrificio y la responsabilidad son los mejores canales de comunicación.
La maestra, nacida en Victorica y con 27 años de servicio, le da clases a otros 17 alumnos y agradece el acompañamiento de las familias: "Gracias, este camino con Jeremías lo hago junto a su familia, sin ellos hubiese sido imposible. Como también el resto de las familias que me acompañan, ¡son incondicionales!", dice Díaz, emocionada.