Este viernes, los bancos de la provincia abrieron sus puertas, luego del cierre que había impuesto la cuarentena por el coronavirus, para abonar únicamente a jubilados, pensionados, beneficiarios administrados por el Anses y por el Instituto de Seguridad Social de La Pampa, y a personas que cobran el fondo de desempleo, que no tengan tarjetas para retirar el dinero por los cajeros automáticos.
Como pasó en todo el país, en Santa Rosa hubo mucha gente en largas colas, algunos esperando desde la fría madrugada, con amontonamiento en los ingresos, ancianos, personas nerviosas y hasta insultos para los periodistas que cubrían lo que acontecía y sólo hacían su trabajo.
Tanto en el interior de las sucursales como en las colas del exterior se imponen restricciones de acercamiento entre las personas que, en muchos casos en las veredas no respeta las distancias de prevención.
En las sucursales del Banco de La Pampa se vieron colas de hasta dos cuadras y, en otros bancos, había filas de media cuadra de largo. A pesar de una nutrida presencia policial en las calles, no se dispuso personal para ordenar las distancias de prevención entre la gente de las colas.
El fenómeno de las filas interminables de gente se repite en los bancos de casi todas las ciudades de la Argentina, que respondía a una disposición de atención especial para los días viernes, lunes y martes.
Sergio Palazzo, secretario general de la Asociación Bancaria, dijo en declaraciones realizadas en el canal América TV esta mañana, que "el Banco Central está preparando una resolución para que los bancos abran sábado y domingo para que los jubilados y pensionados puedan cobrar sus haberes".