Lo primero que hizo Eduardo Domínguez ni bien Colón venció a Independiente fue abrazar a Julio Falcioni. Después del saludo prometido por su amigo se mostró emocionado por clasificar a la final de la Copa de la Liga Profesional y destacó su “felicidad por el grupo de jugadores que viene trabajando hace mucho”.
Tal como lo hizo luego del triunfo por penales ante Talleres de Córdoba, el director técnico sabalero le atribuyó el mérito principal de la victoria sobre el Diablo a los futbolistas y sentenció que fueron “justos ganadores”. En este sentido, señaló: “Creen en ellos profundamente y eso es lo más importante. Hoy lo han demostrado contundentemente”.
El exdefensor de Vélez Sarsfield, Olimpo y el Rojo enfatizó “la importancia de trabajar con grandes seres humanos, jugadores muy inteligentes que saben entender lo difícil del camino”. Así ratificó su confianza en el plantel en busca del primer campeonato de Primera División en la historia de Colón.
“Lo único que podemos hacer es que sigan creciendo de esta manera”, concluyó Domínguez como cabeza del cuerpo técnico rojinegro. A la hora de recordar los inicios de este nuevo ciclo en el club, subrayó que los futbolistas “de a poco se van reconstruyendo ellos mismos”.
Un abrazo y otro rival
En diálogo con TNT Sports, el DT de Colón aseveró que la semifinal fue un partido “muy especial” ante Independiente por la presencia de Falcioni en el otro banco de suplentes. “Lo quiero muchísimo a Julio. Reencontrarme con él adentro de una cancha es lo que me llevo, la felicidad”, sintetizó.
Este viernes, Colón peleará por el título ante Racing. Si bien se trata del último rival que le ganó en la primera fase, Domínguez opinó que “es otro partido”. En esa línea recordó que el Negro arrastraba algunos inconvenientes y tenía la presión de mantener el liderazgo.
“No era fácil para un equipo como nosotros estar arriba de tantos grandes. Sabemos que es otra cosa ahora”, anticipó el entrenador finalista sobre el duelo ante la Academia.