La noticia revelada este martes de la identificación del teniente Rubén Eduardo Márquez, caído en las Islas Malvinas hace 36 años, y que significó el número 100 en el cementerio de Darwin, fue bien recibida por sus familiares en la localidad de Coronda, de donde era oriundo.
Fueron muchos años de espera para darle un cierre a una historia llena de tristezas, incertidumbre y de permanente búsqueda. "Es el final de 36 años de un duelo interminable", dijo Lorna Márquez, una de las sobrinas a La Nación.
Marquez recibió la información de la identificación y un anillo que llevaba su tío junto a María Victoria, su hermana. Ellas son los únicas familiares que pueden contar la buena nueva.
Rubén Eduardo Márquez era un militar con carrera y en Malvinas tenía el rango de teniente. Fue parte de la Compañía de Comandos 602, al mando de Aldo Rico. Murió el 30 de mayo de 1982 en el marco de una misión exploradora en las inmediaciones del Monte Kent junto al sargento Oscar Blas, cuya tumba también fue reconocida.
La cruzada por reconocer el cuerpo se remonta varias décadas y allí la protagonista fue la madre de Marquez, Elda Gazzo, que recorrió despachos y viajó a las islas buscando la tumba de su hijo. Murió hace diez años sin poder tener éxito pero con la esperanza de que finalmente se concrete su anhelo.
En 1998, Gazzo viajó a Malvinas con la hija de Blas y sobre la mesa del restaurante donde cenaban apareció un papelito donde decía que Marquez y Blas estaban uno al lado del otro en dos tumbas que el anónimo identificaba con un código y que al momento tenían la placa de soldado desconocido. Su hijo yacía entre las tumbas 10 y 9 del cementerio. Elsa se sacó la foto arrodillada y abrazando las dos cruces. Este martes se confirmó que esa información era correcta.
"Hoy podemos decirle que la encontramos", se emocionó Lorna.
Tras la identificación de Márquez, quedan 22 soldados sin nombre, enterrados en 21 tumbas (en una de ellas hay dos cuerpos). Las negociaciones para el trabajo de identificación se iniciaron en el gobierno de Cristina Kirchner, siguieron con el de Mauricio Macri y también involucró al gobierno británico, a las autoridades malvinenses, a la Cruz Roja y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
